Un joven rifeño deja el negocio del narcotráfico en torno al puerto marroquí de Nador para instalarse en España con una vida más limpia. Primero, en el próspero El Ejido almeriense; después, como guardaespaldas de un ucraniano (Víctor) en la Costa Brava. En este lugar empieza a formar parte de un triángulo amoroso con la novia de Vïctor, una venezolana (Isolda) que desciende de una familia nazi huida de Austria con la caída del III Reich. Después de deshacerse de Víctor, huyen hacia un lugar tranquilo y olvidado para rehacer sus vidas.
La pareja encuentra en el poblado minero de La Camocha, cerca de Gijón, el lugar idóneo para cambiar el rumbo de sus destinos, van a trabajar en una explotación campesina formada por tres hombres, un minero en activo, otro jubilado de la mina y un tercero, capador ocasional y vividor siempre.
La Camocha es un poblado de creación reciente en torno a un pozo minero y representa el origen, desarrollo y final de la minería del carbón en el siglo XX. A lo largo de la única familia rural que vivía en ese contorno, llamada La Raitana, se sigue el paso del mundo campesino a la industrialización, que incluye la creación en 1957 de las Comisiones Obreras.
La llegada de la pareja al poblado minero causa un revuelo ajeno a todas las normas porque sus figuras y modales no se corresponden con el modelo tradicional de criados de una explotación lechera, lo que provoca tantos recelos que desembocarán en una sangrienta ruptura en la apacible vida de la casería y del poblado.