Se acabó la fiesta, versión de Andrés Presumido de El Inspector (Nikolái Gógol). Por Armando Murias Ibias. 28/03/2013.

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Se acabó la fiesta
Versión de Andrés Presumido de El Inspector de Nikolái Gógol
 
Por Armando Murias Ibias
 
 
En esta España de fiesta y pandereta, de chorizos y corruptos, plagada de defraudadores y carcomida por una ingente legión de especuladores, no nos puede resultar extraña la obra de Nikolái Gógol, buen conocedor y crítico de la corte zarista, no muy alejada de la nuestra.

Por tanto, Andrés Presumido lo tenía fácil con esta excelente adaptación de la obra del autor ucraniano a nuestro estercolero nacional. La obra surge de una confusión típica de las comedias de enredo para adentrarse en la farsa heredera del teatro de Valle Inclán. Va a ser un vividor apicarado el que deje al descubierto la verdadera catadura de nuestros gobernantes envilecidos y sin escrúpulos. En escena aparecen los banqueros atentos únicamente a su codicia, la concejala de la Cultura vacía y de postureo, la concejala de una Sanidad que no cesa de recortar sus prestaciones, un concejal del ladrillo que fue aupado hasta la estratosfera por la burbuja inmobiliaria, un juez que pervierte los principios básicos de la jurisprudencia a favor de su bolsillo, una funcionaria de Correos más cotilla que eficaz. Y en la cúspide de la pirámide del poder ¡cómo no!, el alcalde y su consorte, los que inauguran estaciones sin vías para los trenes, los que manipulan todo lo imaginable para seguir con las posaderas en la poltrona.  ¿No les suena esto?

A partir de la obra El inspector (estrenada en Moscú en 1836), Andrés Presumido construye la versión titulada Se acabó la fiesta, un vivo retrato caricaturesco de la naturaleza española en la que no faltan los ingredientes de nuestra picaresca regional. Así la pomposa Fundación Centro Cultural Internacional Óscar Niemeyer queda degradada a un simple embutido Óscar Mayer, el caso Marea da mareos a más de uno, todo bajo el eslogan de los indignados: no hay pan para tanto chorizo.

En el espectáculo, la risa (el único personaje noble que aparece durante la obra, según dijo N. Gógol después del estreno) es el agente más devastador, es la que saca a la luz la profunda corrupción del sistema político que hemos elegido. A través de la sátira puede el espectador sentir vergüenza por mantener a sus dirigentes en el pedestal de la cosa pública.

Se acabó la fiesta está representada por Teatro Casona y Mierescena. La dirección y puesta en escena es de Andrés Presumido. Se estrenó el 23 de marzo de 2013 en el Centro Cultural Valey (Castrillón) y volverá a estar sobre el escenario en Mieres el 7 de junio.

 

Armando Murias Ibias es profesor de Literatura y escritor.

 

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