Entrevista a María Luz Melcón, por Jorge Ordaz. 21/07/2009.

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María Luz Melcón nació en Pola de Lena, donde vivió el primer año de su vida, pasando luego a Pravia, Oviedo y Gijón, donde realizó los estudios primarios. Tras el bachillerato en León, provincia de donde procedían sus padres, entró en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Oviedo. Con posterioridad, residió temporalmente en París, Roma y Goteborg (Suecia), regresando de nuevo a España, a Madrid, para ingresar en la Escuela Oficial de Cinematografía, donde se diplomó como guionista con Los amores de un dandy, guión cinematográfico sobre la vida de Mariano José de Larra. Es también licenciada en Ciencias de la Información, rama Imagen, por la Universidad Complutense de Madrid, ciudad en la que reside.

      Como autora literaria, María Luz Melcón ha escrito poesía, crítica literaria (en diarios y revistas), artículos, guiones cinematográficos, novelas, cuentos y obras de teatro. Obtuvo ex aequo el I Premio Barral de Novela por su obra Celia muerde la manzana (Barral Editores, Barcelona, 1972), visión satírica de la educación en un rígido internado femenino. En su segunda novela, Guerra en Babia (Seix Barral, Barcelona, 1993), ofrece una visión objetiva y no maniquea de la guerra civil sobre un episodio de la misma en los límites de León y Asturias. Es autora asimismo de obras dramáticas, entre ellas la trilogía Catalina de Cervantes, compuesta por las obras Boda en Esquivias, En casa de Quijada y La mujer del manco (Word & Image, Madrid, 1996), sobre la vida de recién casado del futuro autor de El Quijote. El mismo tema de esta trilogía lo ha tratado en forma novelesca en La mujer de Cervantes (W&I, Madrid, 2006).


Usted empezó escribiendo poesía; sin embargo, a partir de un momento determinado su interés se centra en la narrativa. ¿A qué obedeció este cambio?

En los comienzos de mi vocación literaria, en efecto, empecé escribiendo poesía. Incluso ya en la Universidad de Oviedo, recibí en 1967 una Mención Honorífica en el Concurso de la Facultad de Filosofía y Letras por mi colección de poemas Adiós al alba. Más tarde, también publiqué algunos sonetos en la revista Cuadernos del Norte. Posteriormente he seguido escribiendo poesía; pero es cierto que casi siempre sólo he publicado obras en prosa.

Su primera novela, Celia muerde la manzana, fue ganadora ex aequo del I Premio Barral de Novela en 1971. ¿Qué supuso para usted este premio?

Fue la primera constatación de que mi vocación literaria podía llegar a tener una cierta proyección en el entorno cultural. Había empezado esa primera novela a los 25 años y el tema se centraba en un mundo del que yo conservaba aún recientes vivencias en uno de los internados religiosos en los que principalmente se educaba a las chicas “de buena familia” en aquella época de la Dictadura. Como apuntaron luego algunos críticos, me salió una especie de AMGD en femenino, pero sin que yo hubiera leído aún entonces esa emblemática novela de nuestro paisano Ramón Pérez de Ayala. Otro asturiano, el poeta Ángel González, al que frecuentaba en aquel tiempo, me aconsejó que enviara esa primera novela al I Premio Barral, que se convocó entonces. Y así lo hice, aunque sin grandes esperanzas, porque pronto supe que en el jurado iban a estar literatos de tanta relevancia como Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa, Juan García Hortelano, José María Castellet, el mismo Carlos Barral… Finalmente, las votaciones resultaron tan reñidas que el desempate entre mi novela y la de Haroldo Conti no se produjo y las dos resultaron ganadoras ex aequo, aunque el montante económico fue para él. Sin embargo, Celia muerde la manzana me proporcionó la gran satisfacción de haber sido unánimemente muy bien acogida por la crítica. Igualmente, el público la consideró una novela muy divertida, y la primera edición se agotó a los dos meses. En resumen: Celia muerde la manzana supuso para mí entrar por la puerta grande en el ámbito de la literatura española.

De la publicación de la citada novela a la siguiente, Guerra en Babia, transcurren 21 años. ¿A qué se debió este largo período de silencio?

Aparte de razones de índole personal, entre ellas la maternidad, tan largo espacio de tiempo, efectivamente, se debió sobre todo a la problemática que conllevó la elección del tema de esta novela, centrada en la guerra civil. En Guerra en Babia pasé a analizar la raíz de las causas de la Dictadura misma, obviamente bélicas y políticas. Así que me zambullí en los libros y periódicos de antes, durante y después de la II República y de la guerra civil, a fin de hacerme más o menos una cabal idea. Al final resultó no ser la que yo al principio tenía, sino otra idea mucho más matizada acerca de cómo pudieron haber sido en realidad las cosas. Ello fue consecuencia de que, a la hora de empezar a escribir Guerra en Babia, me adentré, con toda la empatía del novelista, en la psicología de los personajes tanto de derechas como de izquierdas, para tratar de comprender a unos y otros desde dentro de su supuesta dinámica psicológica. El resultado fue tan relativo y tan crítico con ambos bandos que, durante años, ningún editor quiso publicar Guerra en Babia, porque no iba dirigida a halagar el parti pris ni de la derecha ni de la izquierda. Pero, por suerte, al fin encontré un editor tan inteligente como Pere Gimferrer que la editó en Seix Barral.

A la hora de escribir sobre la guerra civil, ¿por qué escogió la comarca leonesa de Babia? 

Le elegí, primero, porque allí, en Babia, se localizaron los combates finales de los milicianos de León y de Asturias contra los militares nacionales sublevados, que en tres columnas avanzaron hacia dicha comarca para cruzar a Asturias, en los prolegómenos de la formación del Frente Norte. Por otra parte, de la frase hecha “estar en Babia” traté de extraer en el título significaciones metafóricas: la guerra civil en si misma como algo que habían decidido, por ambas partes, quienes estaban “en Babia” al no haber visto lo absurdas que eran las sinrazones que llevaron a los su
blevados a desencadenar y a los republicanos a mantener aquella sangrienta contienda fratricida.

La mujer de Cervantes, su última novela, pertenece al género histórico ¿Cómo afronta dicho género?

En cierto modo, creo que también Guerra en Babia podría considerarse una novela histórica, en cuanto que recrea novelescamente los hechos históricos de un pasado reciente que yo directamente no conocí. En La mujer de Cervantes, deliberadamente traté de recrear unos hechos biográficos históricos de finales del siglo XVI, en este caso relativos a Cervantes y a su estancia en Esquivias, en los tres primeros años (1584-1587) después de su rápida boda con la joven hidalga Catalina, durante los cuales el matrimonio Cervantes vivió en casa de un pariente de ella apellidado Quijada. Respecto a la novela histórica, en general, podría decir que se trata de un género en el que tanto se recrea de forma novelesca una época pasada como se convierte a personajes del pasado histórico en personajes literarios actuales y vivos, asequibles y cercanos a través de la lectura de la novela, que ha de ser, además, lo más fidedigna posible a la Historia.

¿Qué tipo de relación mantiene con la literatura que se escribe actualmente en Asturias?

No mucha, lamentablemente. En Asturias viví sólo hasta los nueve años, aunque luego regresé para cursar estudios universitarios en Oviedo. Luego, he residido la mayor parte de mi vida en Madrid. Pero siempre he sido una entusiasta de los grandes autores asturianos que son clásicos de la literatura española: Jovellanos, Campoamor, Clarín, sobre todo, a quien considero el primer gran novelista español después de Cervantes; y también Palacio Valdés, Menéndez Pidal, Pérez de Ayala, etc.

¿Cuáles son sus futuros proyectos literarios?

En este momento estoy ocupada en la edición de dos revistas culturales que se editan en Madrid, una de ellas, Hispania Mundi, es de ámbito hispano mundial y trata a fondo temas de Ciencias y Letras. En cuanto a mi propia obra de creación literaria, tengo en vías de publicación una novela, En la esfera celeste, parte de cuya acción, de trasfondo internacional y espacial, se sitúa en Asturias, como lugar de origen del innovador ingeniero aeronáutico protagonista. También tengo el proyecto de editar mi poesía completa y de reescribir una obra dramática sobre Elena de Troya.       

           
 

 

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