domingo, 28 de septiembre de 2025
Inicio Blog Página 133

El triunfo femenino en una comedia de Miguel de Cervantes: El laberinto de amor, por Violeta Varela. 23/XI/09

0

 

En el presente articulo, me dispongo a realizar un análisis del papel de la mujer, de la inteligencia femenina, en una deliciosa comedia cervantina que hace gala de una vitalidad y una modernidad envidiables y que merece reivindicarse una y otra vez.
En El laberinto de amor es la inteligencia de las mujeres, especialmente de Porcia, la que decide el desarrollo y desenlace de la fábula. En esta obra, los planes femeninos triunfarán a pesar de los deseos afectivos de los personajes masculinos (dos de ellos, como veremos, no se casan con quien desean) y a pesar de instituciones morales tan determinantes como la de la honra.
Libertad e inteligencia son las cualidades que Cervantes quiere para sus heroínas. No hay honra que valga si violenta los sentimientos y deseos más fundamentales de una persona, su derecho a elegir con quien ha de compartir su vida. El amor como sentimiento, de naturaleza claramente ética, aparece como una disculpa de la deshonra en numerosas ocasiones. Veamos las palabras de Anastasio en El laberinto de amor:
 
 

“ANASTASIO: Por esta acusación, que a Rosamira

ha puesto tan en mengua de su fama, 

este rústico pecho, ardiendo en ira,

a su defensa me convida y llama;

que, ora sea verdad, ora mentira

el relatado caso que la infama,

el ser ella mujer, y amor la causa,

debieran en tu lengua poner pausa” (vv. 174-181).

 
En principio, tenemos una vez más a un personaje cervantino disculpando la deshonra de una mujer. El mensaje es claro: las mujeres tienen derecho a sentir necesidades de naturaleza sentimental y sexual.
 
 

“ANASTASIO: ¿Pues de qué te maravillas? 

Di: ¿no puede acontecer,

sin admiración que asombre,

que una mujer busque a un hombre,

como un hombre a una mujer?” (vv. 1145-1149).

 
El hombre y la mujer se encuentran en un plano de igualdad en la cuestión de los afectos: el deseo es recíproco.

“ANASTASIO: Como a su centro camina, 

esté cerca o apartado,

lo leve o lo que es pesado,

y a procuralle se inclina,

tal la hembra y el varón

el uno al otro apetece,

y a veces más se parece

en ella esta inclinación […]” (vv. 1154-1161).

 
Unido a ello, además, continuamente se denuncian en las obras cervantinas los intentos de represión de la iniciativa femenina:
 

“PORCIA: Nuestro mucho encerramiento

y libertad oprimida,

como causó esta venida,

cegará su entendimiento” (El laberinto de amor, vv. 1332-1335).

 
Se reafirma, constantemente, algo que también se observa en los entremeses, el derecho de las mujeres a ser sujetos éticos plenos (entiendo la ética, siguiendo a Spinoza, como aquella esfera que contempla las necesidades biológicas y fisiológicas más básicas, que irían desde la supervivencia hasta la generosidad que debemos tener con las personas que nos rodean). Veamos las palabras de Julia:

“Teníame mi padre 

encerrada do el sol entraba apenas;

era muerta mi madre,

y eran mi compañía las almenas

de torres levantadas,

sobre vanos temores fabricadas.

Avivóme el deseo

la privación de lo que no tenía

que crece, a lo que creo,

la hambre que imagina carestía-;

mas no era de manera

que yo no respondiese a ser quien era” (El laberinto de amor, vv. 1625-1636).

 
Ahora bien, hay dos tipos de autores en literatura: aquéllos que se limitan a reivindicar libertades emotivas y pasionales, y aquéllos que creen que esas libertades han de poseer una traducción jurídica y moral. Cervantes es, sin ningún lugar a dudas, de los últimos. Él no desea simplemente quedarse en la obviedad que supone reconocer a la mujer deseos, afectos y su derecho a expresarlos (muchos dramaturgos nunca pasaron de aquí). En El laberinto de amor parece, en un principio, que Anastasio va a erigirse en el salvador de Rosamira, pero la fábula avanzará por caminos muy distintos: serán las mujeres, en concreto Porcia, las que encaminen los hechos a su solución final. Porcia y Julia, en hábito de hombres, se lanzarán a la persecución de aquéllos a quienes aman. Porcia está muy segura de sus objetivos y de sus capacidades. Es un personaje que posee una gran determinación e inteligencia:
 
 

“PORCIA: Mientras esté con la vida,

pienso que en ventura gano.

Confía y no desesperes,

que puesto en plática está

que el diablo no acabará

lo que no acaban mujeres” (vv. 392-397).

 
Las declaraciones que hace Porcia a lo largo de la obra son de una racionalidad apabullante -“[…] y que mi silencio nace de considerada astucia” (2347 y 2348)-. Porcia vence la adversidad con su inteligencia y
así lo declara con palabras muy cervantinas:
 

“PORCIA: Porque en el mal es cordura

no temer, sino esperar;

y la negligencia estraga

los remedios del dolor,

y no quiero yo que amor

conmigo milagros haga.

El que padece tormenta,

si es que de piloto sabe,

si puede, guíe la nave

a donde menos la sienta.

Yo en la mía un puerto veo

a los ojos de mi fe,

y allá me encaminaré

con los soplos del deseo” (vv. 1290-1304).

 
No cabe mayor afirmación de las posibilidades de acción de la inteligencia humana y de su utilidad a la hora de enfrentarse a obstáculos e inconvenientes varios. La salida está en la acción, y en la acción inteligente. He aquí el mensaje racionalista que Cervantes pone en boca de este personaje femenino. Estamos, sin lugar a dudas, ante una obra muy representativa del pensamiento de Cervantes.
 
Deseo reivindicar un puesto de honor para esta comedia dentro del panorama del teatro áureo. Su frescura, su modernidad, la inteligencia de sus protagonistas, personajes femeninos como el de Porcia y las valiosas ideas que en ella se encarnan, hacen de esta obra una bella y brillante rareza teatral. En ella, no sólo es cervantina la radical afirmación de la razón y la inteligencia, sino también la presencia de la ironía, signo que Gúntert ha enfatizado en sus análisis de la producción de nuestro clásico.
 
Las mujeres, en Cervantes, desean y actúan, pero hay algo más importante aún: sus acciones tienen consecuencias. Porcia afirma reiteradamente el valor de la industria (vv. 1542-1545). Las mayores dificultades requieren de inteligencia, no de desesperación.
 
Se ha comparado a Porcia con Dorotea, otra de las mujeres cervantinas más representativas, pero Porcia va mucho más lejos que la Dorotea quijotesca, no persigue a un hombre porque su honra dependa de ello, lo persigue porque le gusta, sin más, y lo consigue no apelando a su honor ni a sus obligaciones caballerescas, sino tejiendo en torno a él una urdimbre de tretas inteligentísimas que lo irán acorralando cada vez más.
 
Dorotea, en un principio, no deja de ser una víctima que persigue al único hombre que puede restaurar su honra, el noble que la engañó para mantener relaciones sexuales bajo falsas promesas y pretextos. Dorotea actúa por supervivencia moral y en respuesta a una vejación, ni siquiera puede pensar en su felicidad o en sus deseos, sólo puede pensar en reparar la deshonra que le ha sido causada. Dorotea se defiende, mientras que Porcia va “de caza”, y acierta. La razón es que en el Quijote, bajo un aspecto de comicidad, asistimos al desfile de algunos de los comportamientos más detestables en que pueden incurrir los hombres: desde un Quijote que sólo se toma en serio su propia diversión, a unos nobles que no dudan en burlarse de todo cuanto se pone en su camino: ya sean las honras ajenas, las miserias de los más humildes o las palizas que deben aguantar los siervos. La misma Dorotea, cuando entra en el club del matrimonio “con posibles”, se olvida pronto de las desdichas y pierde toda sensibilidad hacia las desgracias de quienes no han dejado de ser humildes ni víctimas, volviéndose un personaje absolutamente mezquino, muy apto para ingresar en el podrido círculo estamental con el que acaba de emparentarse, y cuyas pasadas dulzuras de doncella ofendida brillan ahora por su ausencia, en opinión de quien escribe, por supuesto. Es difícil perdonar la reacción de ninguno de estos personajes ante el reencuentro del jeta de don Quijote con su primera víctima, Andrés, situación en la que, una vez más, el único personaje que resulta dignificado por su generosidad es Sancho.
 
En El laberinto de amor, Cervantes construye un mundo a la medida de sus ideales, y hemos de decir que es, ciertamente, una desenfadada, racional y divertida visión del mundo. No así en Don Quijote de la Mancha, donde las críticas a la degeneración y crueldad de los estamentos más elevados son, a mi juicio, el argumento principal.
 
Volviendo a nuestra comedia, será Porcia la salvadora de Rosamira y de la integridad de sus deseos. Ella es quien dirigirá los destinos amorosos en la comedia; ella y su hermano Dagoberto.
 
Rosamira se confía a la voluntad de Porcia (vv. 2221-2224). Los casos de amor a los que asistimos en esta comedia son siempre dirigidos y sus directoras son las mujeres. Estas mujeres anteponen su dignidad a las censuras morales que puedan recaer sobre ellas: Rosamira prefiere quedar por deshonrada antes que casarse con quien no quiere, y así otros personajes como Porcia, Julia, Dagoberto. Al final, los hombres no tendrán más remedio que dejarse vencer y someterse a la voluntad femenina:
 
 

“MANFREDO: El corazón en el pecho 

me da saltos. ¿Qué es aquesto?

Mas, si anuncia que es verdad

lo que Rosamira dijo,

por vanas cuentas me rijo.

No tengo yo voluntad?

¿Cómo? ¿Sentidos no tengo?

¿No tengo libre albedrío?

¿Pues qué miedo es éste mío?

Mal con mi esfuerzo me avengo!

¿Con qué, para que me venza,

Julia me ha obligado a mí?

Pues no es señal verla aquí

de amor, mas de desvergüenza.

¿A dicha, solicitéla?

¿Dónde vee ricos despojos?

¿Viéronla jamás mis ojos,

o, por ventura, habléla?

No, por cierto. ¿Pues qué cargo

Me puede Julia hacer?

¿Qué me quiere y es mujer?

No me faltará descargo” (vv. 2571-2592).

 
Los varones, en esta comedia, no saldrán de su asombro ante la fuerza que poseen la voluntad y la inteligencia femeninas. Al final las mujeres se han ganado el derecho a decidir y los hombres así se lo reconocen.
 
 

“DUQUE: El bien me ha venido junto

cuando menos lo pensé.

Escoja mi hija, y haga

su gusto: que todos tres

son iguales” (vv. 2961-2965). 
 

Las mujeres se han ganado el derecho a materializar moral y jurídicamente sus deseos éticos, afectivos, sentimentales.
 
 “MANFREDO: Levanta, pues que ya el cielo 

tus deseos asegura […].

Ellas te dirán después

del modo que aquí vinieron,

hasta que el fin consiguieron,

y es gusto de su interés.

Tu industria y el Cielo han hecho

que les seamos esposos;

ellos son lances forzosos;

no hay sino hacerles buen pecho.

Quien se pudiera quejar

de Rosamira era yo;

mas si el Cielo esto ordenó…

ANASTASIO: Que paciencia y barajar” (vv. 3023-3046).

 
El triunfo femenino en esta comedia es rotundo, tanto en el nivel ético, como en el moral (desenvolvimiento de la pareja en el medio social) y en el jurídico (formalización del matrimonio), y la resignación masculina es absoluta. Únicamente Dagoberto conseguirá a la mujer que ama, pero porque ella le amaba también a él -no olvidemos que su padre le concedió a Rosamira el derecho a elegir a quien quisiese-.
 
La modernidad con la que Cervantes retrata a las mujeres, su forma de entenderlas no sólo como objetos de deseo, sino como sujetos racionales e inteligentes capaces de planear su propia vida, nos dejan entrever a un autor que en nada se parecía a sus contemporáneos. Es cierto, todo hay que decirlo, que las comedias son, en la producción cervantina, artificios ideales, contra-fácticos, sueños, si se me permite la comparación, que nada o poco tenían que ver con la realidad “epocal” de su autor, pero es precisamente su carácter ideal y puramente racional el que nos indica que estamos ante la realidad que Cervantes hubiera querido si las ideas de un hombre pudieran imponerse sobre la cotidianeidad más vulgar, la que sin duda nos representa, magníficamente, en sus Entremeses. 
 
* Las citas de la obra están sacadas de la edición de las obras completas de Cervantes hecha por Florencio Sevilla Arroyo para la editorial Castalia (1999).
 
 

Mercedes Díaz Villarías en el Aula de las Metáforas. 27/XI/09

0
 
 
El Aula de las Metáforas “Fernando Beltrán” le invita a la lectura de
Mercedes Díaz Villarías
 

 

Poesía y zapping

Nuevos formatos performativos  
[ Presenta: Javier García Rodríguez ]
 

 

Viernes, 27 de noviembre, 20 horas

Grado, Casa de la Cultura (Sala Polivalente)
 
 
  
Mercedes Díaz Villarías es una artista que explora las intersecciones del arte visual, las performances on line y la teoría cultural. Estudió Humanidades en Albacete y Teoría de la Literatura en Turku, Finlandia. Se especializó en Diseño en la Escuela Politécnica de Valencia y en el Istituto Europeo de Design en Madrid.
Publicó el poemario Finlandia en el 2002, y en el mismo año la colección de salmos Enviada Especial, Premio Internacional de Poesía Barcarola. Su tercera obra, Mi Nombre es Rojo, fue publicada por la Editorial Plurabelle en 2004. Ha sido antologada en Periféricos, 15 poetas (Ignacio Elguero, Ed. Universidad Popular José Hierro, Madrid 2004), 33 de Radio3. Poesía Joven en La Estación Azul (Ignacio Elguero, Ed. Calamar y Radio3, Madrid 2004), Estar en las afueras también es estar dentro (La Bella Varsovia, 2007) e Inmaduros (Junta de Comunidades CLM, 2007). El pasado 2008 promovió el proyecto literario colectivo Canciones en Braille, generado on line y editado en formato libro (lulu 2009). Ha participado con creaciones audiovisuales en festivales literarios como el versátil.es de Valladolid o El Mapa Poética de Córdoba, y es la voz crítica tras el blog Cabeza de Perro.
En la actualidad trabaja como directora creativa en una agencia de branding en Madrid.
 

Geografías: Mirada retrospectiva. Por Hilario J. Rodríguez (20/11/2009).

0

Las miradas que Occidente ha lanzado a África se caracterizan por la prepotencia, como pusieron de relieve el operador Luca Comerio y las películas de safaris; por el paternalismo, como queda claro en buena parte de la obra de Jean Rouch y otros miembros del cinéma vérité; por una profunda pereza, como la que se nota en General Idi Amin Dada (1976, Barbet Schroeder); y por el cinismo, como deja entrever Diamante de sangre (2006, Edward Zwick). Con nuestras cámaras casi siempre nos hemos comportado como colonialistas, perdonavidas, testigos pasivos o mercenarios. Ni siquiera cuando hemos querido mostrar compromiso hemos sabido de qué manera hacerlo. Ya en el primer largometraje de ficción de Ousmane Sembene, La noire de… (1965), se mostraba nuestra incomprensión y nuestra incapacidad para hacer algo de provecho por la gente del Tercer Mundo. En aquella película, una familia francesa aboca a su sirvienta senegalesa al suicidio después de haberla llevado a Europa y de haber asistido a sus dificultades para aclimatarse sin hacer nada en absoluto. Sólo cuando el cabeza de familia regresa a Dakar con las pertenencias de la joven para entregárselas a su madre, intenta ofrecer dinero a esta última pero ella lo rechaza. 

No es una casualidad que, en general, casi todas las películas realizadas por cineastas occidentales sobre África estén ambientadas en el pasado. Quizás lo que nos intentan recordar es que nuestra ayuda siempre llega tarde o trae desastrosas consecuencias, como puede verse en Black Hawk derribado (2001, Ridley Scott), sobre la intervención del ejército estadounidense en Somalia en los años noventa, que concluyó con una auténtica masacre en las calles de Mogadisco. También hay películas que ponen el dedo en la llaga cuando acusan a las potencias occidentales de haberse cruzado de brazos durante ciertos genocidios, hambrunas, epidemias y éxodos masivos. Hotel Rwanda (2004, Terry George), en ese sentido, deja muy claro que quienes de verdad hacen algo por África son cooperantes que trabajan por cuenta propia y que no representan a ningún país en concreto. Una cosa así es la que pone de manifiesto El jardinero fiel (2005, Fernando Meirelles), sobre un diplomático inglés que pierde a su mujer, una activista cuya labor él no había tomado lo suficientemente en serio y que podría poner al descubierto la connivencia europea ante los desmanes de la industria farmacéutica en el continente africano.  Algo similar insinúa Diamante de sangre, donde no se nos recuerda la guerra civil que azotó Sierra Leona entre 1991 y 2002 para exigirnos responsabilidades al respecto sino para recordarnos que detrás de muchos conflictos bélicos en África hay empresas occidentales que sacan pingues beneficios gracias a la venta de armas o a la compra de materias primas a precio de saldo. África, tal como aparece descrita en la película, es un idóneo destino para mercenarios y para quienes buscan una fotografía o un artículo a la altura del Premio Pulitzer.

Aunque no parezca tener demasiada importancia, yo soy de los que ve el desaliño visual de Diamante de sangre como parte de su importancia dialéctica. La película no cae en el esteticismo kitsch de Hotel Rwanda o La lista de Schindler (1993, Steven Spielberg), que nos ayuda a lidiar con el horror gracias a la belleza o la solvencia con que se muestra. Por mucho que la historia resulte hasta cierto punto convencional, al menos no apela a estrategias visuales sanitarias. Eso ayuda a que nos tomemos algo más en serio su posible verdad con respecto a la guerra de intereses que provoca un diamante, que es una metáfora a pequeña escala de nuestra responsabilidad directa o indirecta en los conflictos armados que sacuden África. Una pieza de joyería en nuestro vestuario puede remitirnos a un golpe de Estado, el problema es que rara vez nos damos cuenta de ello, de igual manera que rara vez nos damos cuenta de lo que algunas películas comerciales llevan en su interior, sólo porque damos por hecho que el cine mainstream jamás sobrepasa su función escapista.

Ryszard Kapuściński, fallecido hace unas semanas, explicaba en su libro Ébano que mientras los occidentales avanzamos gracias a nuestra capacidad para hacer crítica y sobre todo autocrítica, los africanos son diferentes, para ellos cualquier crítica es siempre un signo de discriminación y de racismo, porque arrastran en su interior un montón de complejos, odios, envidias y rencores. En Un día más con vida, el escritor polaco nos recordaba que, poco después de la independencia de Angola, en Luanda ya no quedaba ningún occidental salvo él, porque las facciones que pugnaban por el poder estaban a punto de entrar en la ciudad. Para matar el rato, entró en una librería que estaba vacía y en su interior, al ver silenciosas y cubiertas por el polvo las obras maestras de Balzac, Cervantes o Bocaccio, pensó en la modestia y en la humildad que todo Occidente sentiría si en aquel momento estuviese allí, contemplando de qué servían sus muchos siglos de esplendor cultural y su profundo sentido de la autocrítica.

47 Festival Internacional de Cine de Gijón: una más que suculenta oferta cinematográfica. Por Redacción (17/11/2009).

0

La nueva edición del Festival Internacional de Cine de Gijón (www.gijonfilmfestival.com), ya van 47, que se celebrará del 19 al 28 de noviembre de 2009, promete de veras. Nos lleva a pensarlo el alto calibre de los ciclos y secciones paralelas que arroparán a una Sección Oficial con predominante sabor europeo (9 largometrajes) y americano (5 filmes), pero que también abre su nómina a producciones asiáticas (3 películas). De la suculenta oferta que nos propone el certamen gijonés hacemos un repaso general a continuación.

Sección Oficial. 

La Sección Oficial ha convertido al Festival de Gijón en un punto de referencia para los que les gusta el cine más contemporáneo, más sugestivo, más arriesgado, más vivo, un cine que no necesita artificios para conmover, inquietar o divertir al espectador. En el 47º FICXixón, que se celebrará del 19 al 28 de noviembre, todos los títulos, catorce, que competirán en la Sección Oficial tendrán en Gijón su première española.  

La ópera prima de Álvaro Brechner, Mal día para pescar, será la representante nacional en una programación que contará con las últimas producciones de relevancia procedentes de todos los rincones del planeta. Cintas como Welcome, Les beaux gosses o Le roi de l’evasion destacarán el potencial del cine francés en una sección en la que Estados Unidos participará con Go get some Rosemary y Humpday. The good hearts, Francesca, Wakaranai, La pivellina, Frontier blues, Between two worlds, Morrer como um homem o The last days of Emma Blank completan un cartel que sobrepasa las fronteras europeas para recoger los últimos trabajos de calidad de países como Irán o Japón. 

Un par de frases empujaron a la diputada Alessandra Mussolini y otrora portada de Playboy a impedir que la película de Bobbie Paunescu tuviera una buena travesía por la ciudad de los canales. Francesca hace un guiño ya en su título a Santa Francesca Cabrini, religiosa que a finales del XIX ayudó a integrarse en la sociedad estadounidense a los italianos que emigraban buscando la tierra prometida. Paunescu compara ese momento histórico con el que viven ahora los rumanos en Italia. Por el momento la película está bloqueada en Italia a la espera de una decisión judicial que podría paralizar su distribución. Gijón estrenará Francesca, que en su único pase en Venecia arrancó aplausos y buenas críticas. 

El director Masahiro Kobayashi, de reconocido prestigio internacional y habitual de los principales festivales cinematográficos a lo largo del mundo, concursa por primera vez en Gijón con Wakaranai, un destemplado drama protagonizado por un adolescente de 16 años al que la vida le muestra su cara más cruda.           

Mal día para pescar, la ópera prima del director uruguayo Álvaro Brechner será la representante española en la Sección Oficial. Producida por las españolas Telespan 2000 y Baobab Films, es la adaptación cinematográfica de un cuento del escritor Juan Carlos Onetti. Premiada en el último Festival de Lima y elegida para representar a Uruguay en el apartado de Mejor Película de habla no inglesa en la 82 edición de los Premios Oscar, Mal día para pescar cuenta el periplo por Latinoamérica de dos peculiares buscavidas: un pícaro y cínico empresario y su representado, un forzudo alcohólico ex campeón de lucha libre. 

El cine independiente americano llega a Gijón de la mano de la directora, productora, guionista y actriz Lynn Shelton. Se presenta con Humpday, título con el que logró el Premio Especial del Jurado de Sundance, y que resulta un inteligente (y divertidísimo) ejercicio sobre la sinceridad masculina, encarnada en dos amigos que tras pasar por la universidad toman caminos opuestos: la estabilidad del matrimonio y el mundo por montera. Su reencuentro les llevará a reflexionar sobre ellos mismos y su sexualidad. De Estados Unidos también llega Go get some Rosemary, de Joshua & Benny Safdie, una historia que planea sobre las excusas y las responsabilidades de la paternidad a través de un padre que ejerce de amigo de sus hijos pequeños. Una producción melancólicamente divertida, sin moralinas ni dramas, presente en la Quincena de Realizadores de Cannes. 

Otra película con polémica: Welcome. La cuestión de la inmigración ilegal llega por vía oficial a Gijón de la mano de Philippe Lioret, ganador del Label Europa Cinemas y del Premio Especial del Ecumenical Jury de la Berlinale por este drama que pone el dedo en una de las llagas abiertas por el estado de la liberté, la égalité y la fraternité: cinco años de cárcel para quien ayude a un sin papeles. Vincent Lindon será el moderno y muy francés samaritano que trate de burlar la ley defendida desde el Ministerio de Inmigración e Identidad Nacional. 

De Francia llegan otras dos películas. Les beaux gosses, de Riad Sattouf, ha sido una de las revelaciones del cine francés este año, además de un auténtico bombazo de taquilla al superar la barrera juvenil y encajar en el gusto adulto, pese al protagonismo absoluto de la idiosincrasia púber. Esta comedia que muestra los intentos de un adolescente por adaptarse a sus propios cambios y a los ajenos ya es un objeto cinematográfico de culto. 

Y no hay dos sin tres: Alain Guiraudie firma Le roi de l’evasion, una de amores prohibidos en la carne de un vendedor de equipos agrícolas homosexual que no lleva muy bien su celibato. Después de pasar por la Quincena de Realizadores de Cannes, llega esta historia que combina humor y sexo firmada por un realizador cuyo prestigio va en aumento en los últimos años y que ha sido alabado por gente como Jean-Luc Godard.  

Tampoco es un lecho de rosas la vida de Tonia, el travesti que protagoniza Morrer como un homem, de Joao Pedro Rodrígues, uno de los cineastas portugueses con más proyección internacional. Su último trabajo, un estilizado e imaginativo melodrama queer que ha sido proyectado dentro de la sección Un Certain Regard del Festival de Cannes, sigue las huellas de Fassbinder y Almodóvar, así como de Cassavetes. 

El matrimonio de realizadores formado por la italiana Tizza Covi y el austriaco Rainer Frimmel debuta en el terreno de la ficción con La pivellina, una producción que cuenta la historia de una pareja de artistas circenses cuya vida da un vuelco inesperado cuando el destino les empuja a hacerse cargo de una niña de dos años a la que han encontrado abandonada. Los realizadores, consagrados en el campo documental, firman esta cinta interpretada por actores no profesionales cuya sensibilidad, humanismo y sentido del humor resultaron premiados en el pasado Festival de Cannes con el Label Europa Cinemas.  

Desde Sri Lanka llega una propuesta tan llamativa como ambiciosa. Vimukthi Jayasundara presenta Between two worlds, una película que causó admiración y perplejidad a partes iguales en quienes asistieron a sus pases en Venecia y Toronto. Convencido de que los espectadores no deben ser meros receptores pasivos, el director plantea un puzzle de apabullantes imágenes que retratan desde la violencia de una ciudad apocalíptica, reflejo de una Sri Lanka en perpetua guerra civil, hasta la repetición de viejas leyendas en medio de la jungla. 

Y para puzzle de imágenes, Frontier Blues, el último trabajo de Babak Jalali, en el que el director compone simétricas fotografías en movimiento con un lacónico sentido del humor que recuerda al mejor Kaurismaki. Hassan colecciona matrículas, vive con su tío, quien tiene una tienda de ropa sin ropa ni clientes, y trabaja en una granja de pollo con Alam, que se pasa el día tomando lecciones de inglés con un walkman y quiere casarse con una joven persa a la que no conoce. Mientras tanto, un fotógrafo trabaja en esta estepa de la frontera entre Irán y Turkmenistán, usando como frutas de su particular bodegón a un músico abandonado por su mujer y a cuatro niños. 

Tras su éxito en pasadas ediciones del Festival con películas como Dark Horse y Noi Albinoi, Dagur Kári vuelve a Gijón con su primer film rodado en inglés, The good Heart. Paul Dano (Little Miss Sunshine) interpreta a Lucas, un joven que vive en una caja de cartón bajo una autopista de Nueva Cork. En el hospital conoce a Jacques (Brian Cox), un viejo mal encarado propietario de un bar que no tiene a quién dejar, que le toma como discípulo, consciente de que le queda poca vida. Cuando aparece April, una azafata borracha en apuros, Lucas quiere ayudarla, en contra de la opinión de Jacques. 

En The last days of Emma Blank, cinta galardonada en Venecia con el premio Europe Cinemas Label, el holandés Alex van Warmerdam ofrece una ácida visión de la familia y de la burguesía a través de la historia de Emma, una mujer que, debido a su convencimiento de sufrir una enfermedad incurable, esclaviza a su servicio con las más absurdas órdenes y humillantes exigencias. Una comedia negra en la línea de Familia, de Fernando León de Aranoa, en la que el director se reserva un curioso papel como actor: el de Theo, el perro de la casa. 

La clausura correrá a cargo de Cruz Ángeles y su cinta Don’t let me drown, también fuera de competición, ganadora del Audience Award en el Festival de San Francisco y presentada en Sundance y en los Imagen Foundation Awards. El realizador americano narra la amistad de dos estudiantes de secundaria, Lalo y Stefanie. Él procede de una familia de inmigrantes mexicanos que lucha por sobrevivir financieramente y ella, de una familia dominicana instalada en Brooklyn después de la muerte de su hermana en el 11-S. La amistad entre los dos jóvenes se irá convirtiendo, poco a poco, en un romance clandestino. 

Dentro de su programación Gijón se reencontrará este año con un viejo conocido del certamen y con uno de los referentes del cine independiente americano, y lo hará de una manera especial. El FICXixión acogerá el estreno en España de Trash Humpers, la última cinta de Harmony Korine. Una historia basada en la propia infancia del realizador que retrata personajes esperpénticos, buscadores de basura, individuos que han abandonado las normas convencionales y que muchas veces son la envidia de aquellos que se rigen por el contrato social.  

Por otro lado, 17 son las piezas de la Sección Oficial en su modalidad cortometrajística, mereciendo una mención especial Arena, del joven portuguésJoao Salaviza, y A Letter to Uncle Boonmee, del prestigioso realizador tailandés Apichatpong Weerasethakul. 

Rellumes.

He aquí una de las principales novedades del presente festival: una competición especial de texturas heteróclitas con un denominador común hecho de latigazos sublimes de cine químicamente puro.  Rellumes es la nueva sección competitiva del FICXixón que nace con ánimo de com
pletar la competición de la Sección Oficial sumando más reflexiones y más expresiones cinematográficas a las ya existentes mediante otras ráfagas de cine independiente.El premio tiene una cuantía de 6.000 euros y, por primera vez en el festival, el ganador será elegido con los votos del público asistente a las proyecciones. 

El bautismo de esta programación nueva viene dado por ocho obras, entre las que están Au voleur (Sarah Leonor), un “noir luminoso” que resultó ser el filme póstumo de Guillaume Depardieu; la road movie norteamericana Barking Water (Sterlin Harjo), trayecto en volvo por las carreteras de Oklahoma; la Burrowing (Henrik Hellström, Fredrik Wenzel), apología escandinava de un sistema de vida más cercano al orden natural; Nikotoko Island (Takuya Dairiki, Takashi Miura), narración viajera inclasificable, proveniente del Japón, que causó sensación en Locarno; o La Famille Wolberg (Axelle Ropert), definido en el programa de mano como un filme soul lleno de capas de sentido. 

Enfants terribles. 

Nuestro festival rinde homenaje a su pasada faceta de certamen dirigido al público más joven desde esta sección, que, de nuevo con el Teatro de la Laboral como sede, cuenta este año con catorce producciones que, aunando entretenimiento, calidad y didactismo, proceden de diferentes países europeos, así como de Norteamérica y Sudáfrica.

De Canadá es de donde nos llegan las quizá dos películas más atractivas de la sección. La multipremiada C’est pas moi, je le jure! (No he sido yo, ¡lo juro!) (Philippe Falardeau) es una comedia adolescente protagonizada por un chavalín del Québec de los 60 que se sirve de su imaginación, excesiva hasta la patología, para atraer la atención de sus padres separados. Polytechnique (Denis Villeneuve), tan escalofriante como valiosa, relata uno de esos acontecimientos trágicos que nunca se olvidan: a través de la mirada de dos alumnos, nos sumergimos en el drama vivido en el École Polytechnique de Montréal, el 6 de diciembre de 1989, cuando un estudiante de veinticinco años, armado con un fusil de asalto, hirió a catorce personas y mató a otras tantas antes de volver el arma contra él.

Mientras que la propuesta más curiosa viene de la mano de E1000 (Pauline Sylvain-Goasmat), una experiencia cinematográfica interactiva en la que el público participará activamente en el resultado final de la misma a través de sus teléfonos móviles.

Un año más, el cine de animación no estará ausente, esta vez gracias a Friends Forever (Tony Loeser y Jesper Møller) y Jasper, viaje al fin del mundo(Eckart Fingberg, Kay Delventhal). 

Retrospectivas. 

Uno de las grandes bazas de la presente edición del certamen asturiano es, sin duda, el ciclo dedicado a ALEKSEY BALABANOV, el Gari Kasparov del cine post soviético. De él volveremos a ver en Gijón Cargo 200 (2007), junto a otras seis obras suyas, como las exitosas Brother (1997) y War (2002), auténticos hits de la cinematografía rusa, o su reciente Morphia (2008).

Idéntica talla presenta la muestra filmográfica sobre el cineasta californiano HARMONY KORINE, uno de los referentes del cine independiente americano, compuesta por su opera prima Gummo (1997), Julien Donkey-Boy (1999), títulos ambos premiados en Gijón años atrás, Mister Lonely (2007) y Trash Humnpers (2009), su último filme, que se presentará, fuera de concurso, dentro de la Sección Oficial como estreno exclusivo en España.

Al realizador germano turco FATIH AKIN  (Contra la pared, Cruzando el puente: Los sonidos de Estambul, Al otro lado), también presente –sin competir— en la Sección Oficial con Soul Kitchen (2009), como inauguración del festival, tampoco le faltará un nutrido repaso filmográfico.

El tributo a la vanguardia corre este año a cargo de los programas de proyecciones que antologan los trabajos de los DJs audiovisuales MATTHIAS MÜLLER y CHRISTOPH GIRARDET, así como la labor del videoartista francés JEAN-GABRIEL PÉRIOT.

Todos estos autores homenajeados mantendrán encuentros con el público.

Esbilla. 

Esbilla cumple diez años. Su objetivo es “espigar” títulos que, por motivos diversos, no se ajustan al estándar de la Sección Oficial pero que participan de la filosofía del festival asturiano. En su décimo aniversario contará con un total de catorce producciones seleccionadas entre las mejores de los festivales de cine más prestigiosos del mundo. He aquí algunos ejemplos: la premier europea de Ninja Assasins, producción última de los hermanos Wachowski; El general, de la mexicana Natalia Almada; Vivir de pie: las guerras de Cipriano Mera, un comprometido documental de Valentí Figueres sobre el conocido sindicalista; o Mammoth, el debut en lengua inglesa de un viejo conocido de Gijón:Lukas Moodyson(Together, Lilja 4-ever).

Llendes.

Aquí se recogen, como de costumbre, las apuestas más arriesgadas que se sitúan al margen de lo ortodoxo, conformando una nueva experiencia dentro del ámbito audiovisual. En esta edición la ro
mpedora sección contará con once títulos, algunos de ellos firmados por reconocidos cineastas.

Para muestra, tres botones. Michel Gondry, que presentará su última obra L’epine dans le coeur, revisitación lírica de ciertos espacios familiares. El director de culto armenio Haratyun Khachatryan nos dará a conocer su más reciente cinta, Border, en la que traslada al espectador a la realidad más cruda de la frontera entre Armenia y Azerbaiyán. Con Villalobos, el prestigioso documentalista alemán Romuald Karmakar acompaña al DJ y productor chileno Ricardo Villalobos en sus directos en las catedrales europeas del techno. La confusión entre realidad y ficción preside Here, de Ho Tzu Nyen, relato de la historia de un hombre que, tras contemplar el asesinato de su mujer, ingresa en una institución mental en la que, aplicando la videoterapia, los pacientes deben recrear en una película los episodios cruciales de su vida para poder superarlos.          

 

Post Burlesque.

Subtitulado “La nueva farsa en el cine europeo”, este ciclo trae a Gijón la última hornada europea de comedias provocadoras, una decena de obras tributarias del humorismo negro de Samuel Beckett, con referencias que van desde la jovialidad escueta y el distanciamiento propios del cine de Jim Jarmusch y Aki Kaurismäki, hasta los patrones diseñados por Jacques Tati o Buster Keaton. Humor de autor del que participan los trabajos del belga Bouli Lanners (Eldorado), de Dominique Abel y Fiona Gordon (Rumba), del sueco Ruben Östlund (Guitar Mongoloid), del español Javier Rebollo (La mujer sin piano), o del húngaro György Pálfi (Hukkle), entre otros.

This Is England. 

Toda una reflexión, a partir de su reflejo en el cine británico desde los años 60, en torno a las principales variantes de la subcultura que, tras Segunda Guerra Mundial, Inglaterra vive como reacción de la población joven a los diferentes cambios socioculturales producidos. Mods, teds, rastafaris, skinheads, punks y raperos afloran en este ciclo, que retoma clásicos como Performance de Nicholas Roeg, Quadrophenia de Frank Roddam, Jubilee de Derek Jarman, igual que estrena en España el último filme de Shane Meadows, el mockumentary titulado Le Donk & Scor-Zay-Zee. Asimismo hay lugar para aquellos retratos de los fenómenos juveniles realizados en el momento de su eclosión (Babylon, de Franco Rosso), igual que para rescatar a los pioneros de un cine de la emigración enunciado desde la emigración misma, como Horace Ove (Pressure).

Raúl Guerra Garrido Premio XI Fernando Quiñones

0

RAÚL GUERRA GARRIDO GANADOR DEL XI PREMIO UNICAJA DE NOVELA “FERNANDO QUIÑONES” POR LA NOVELA   PRESENTADA BAJO EL LEMA “LA MEMORIA DE LOS SUEÑOS”
EL PREMIO A LA NOVELA FINALISTA HA SIDO PARA “EL ASESINATO DE SÓCRATES” DE NOEMÍ G. SABUGAL
 

 

Raúl Guerra Garrido ha resultado ganador del XI Premio Unicaja de Novela “Fernando Quiñones”, con la obra presentada bajo el lema La memoria de los sueños.La escritora Noemí G. Sabugal ha quedado finalista con su novela El asesinato de Sócrates.El Premio Unicaja de Novela Fernando Quiñones está dotado con 30.000 euros y un busto del escultor Miguel Berrocal para el ganador y 6.000 euros para el finalista. Ambas novelas serán publicadas por Alianza Editorial en los primeros meses de 2010.
 

  En la presente edición se ha registrado una significativa participación, con un total de 262 novelas presentadas. La presencia de obras internacionales ha sido notable, pues se han recibido obras procedentes de países como Argentina, Francia, Venezuela, México, Japón, Estados Unidos, Colombia, Austria, Chile, Brasil, Uruguay, Italia, Alemania, Israel y Perú. El jurado ha estado compuesto por Nadia Consolani (viuda de Fernando Quiñones); por los escritores y ganadores de anteriores ediciones del Premio Unicaja de Novela “Fernando Quiñones”, Joaquín Pérez Azaústre y Jordi Bonells; la escritora Clara Sánchez; y la directora editorial de Alianza Editorial, Valeria Ciompi. 

 

  LA MEMORIA DE LOS SUEÑOS En algún lugar de Madrid a las diez de la mañana el narrador inicia un itinerario que debe conducirle paseando a otro punto de la ciudad y que concluirá a las diez de la noche, momento en que deberá enfrentarse a una decisiva revelación. Confluye junto a este itinerario, otro, el de la memoria, la reconstrucción de toda una vida de este personaje, ingeniero que desde muy joven llegó a ser escritor, aunque debió desempeñar otros trabajos. El narrador-escritor recorre su ciudad y despliega, a impulsos de lo que se encuentra y de lo que ve, un viaje tanto espacial como temporal en el que recompone la figura del ser humano que cree ser o haber sido, sus creencias y obsesiones, pasajes espléndidos o tristes de su vida, siempre marcada y presidida por el designio de convertirlo todo en literatura. Según la calificación del jurado, se trata de una novela “muy bien escrita y con varios niveles de lectura, en la que el autor escribe en tono de confesión, como un acta notarial de una vida, de su vida”.       RAÚL GUERRA GARRIDO Raúl Guerra Garrido (Madrid, 1935). Autor de una amplia obra literaria que, en noviembre de 2006, fue reconocida con el Premio Nacional de las Letras. No es el único galardón recibido a lo largo de su carrera de escritor. Entre otros, cabe destacar el Premio Nadal que ganó, en 1976, con su novela Lectura insólita de “El Capital”; el Villa de Madrid 2006 y el de la Crítica de Castilla y León 2005, otorgados a La Gran Vía es New York, y el Castilla y León de las Letras 2006. Otras novelas de Raúl Guerra Garrido son El año del Wolfram, Cacereño, La mar es mala mujer, adaptada al cine y a la televisión, La carta, Tantos inocentes, La costumbre de morir y El otoño siempre hiere.  

              
    EL ASESINATO DE SÓCRATES Marcos Robles, inspector de policía es encargado de esclarecer el asesinato de Fernando Gómez Fuentes, un periodista y columnista transmutado en escritor de cierta fama en su provincia, que ha muerto apuñalado en extrañas circunstancias. Las peculiares costumbres y relaciones de Sócrates, alias del finado, inducen a emprender la búsqueda en los ambientes nocturnos y delincuenciales de la ciudad. De este modo arranca esta novela policiaca escrita con vigor y solvencia, con prosa sobria y precisa, para introducirnos en los rincones y ambientes oscuros y ocultos de la pequeña comunidad, y desvelarnos las caras menos amables de sus habitantes. En el curso de la investigación las cosas se complican y vamos descubriendo que casi nada es lo que parece, y que casi siempre es bastante peor de lo que aparenta.

El jurado destaca de esa novela su historia, de lectura fácil, llena de personajes “muy humanos y tristes” y con una atmósfera especial enmarcada “en una pequeña ciudad de provincia del interior, donde la lluvia está presente constantemente”.
 

    NOEMÍ G. SABUGAL Noemí G. Sabugal (León, 1979) es licenciada en Ciencias de la Información, Rama Periodismo. En 2005 recibió el Premio de Periodismo de Castilla y León Francisco de Cossío, modalidad de prensa, por el reportaje: ‘De cruce de caminos a cruce de culturas’, sobre la inmigración en el barrio del Crucero, León. Publicado en El Mundo-La Crónica de León. El asesinato de Sócrates es su primera obra.                   

Julie & Julia: Un menú algo escaso. Por Tanja Pérez Hunte (16/ 11/ 2009).

0

Con medio siglo de intervalo, Julie & Julia nos cuenta en paralelo la historia de dos mujeres. En 1948 Julia Child (Meryl Streep), una americana radicada en París a causa del trabajo de su marido, busca ocupar activamente su tiempo libre tomando clases de cocina francesa. Su pasión por ésta la llevará a ser la persona que revolucione el concepto que de la cocina tienen los estadounidenses. En 2001 la neoyorkina Julie Powell (Amy Adams) decide crear un blog desde el que, durante un año –a fin de salir del bloqueo existencial por el que atraviesa—, recogerá su experiencia de preparar las 524 recetas del libro de Julia Child titulado Mastering the Art of French Cooking.

¿Cuál podría ser la prueba del algodón para detectar si una película es un buen filme de tema culinario? Probablemente que se nos haga la boca agua y nos entren ganas de comer mientras la vemos y después de verla. Eso no es lo que precisamente sucede con la nueva comedia romántica de Nora Ephron (You’ve got mail, Bewitched), condimentada con los ingredientes típicos de este tipo de cine “simpático”: amor, humor, melancolía, final feliz…

Pese a que cabe reconocerle a la realizadora un cierto savoir faire artesanal de raíz clásica, el relato entrelaza las dos líneas argumentales principales de modo un tanto pesado y sin sorpresas. Frente a una Amy Adams sin chispa (echémosle la culpa a las limitaciones evidentes de su papel), es la presencia de Meryl Streep la que sostiene el conjunto de una obra que no la merece. Admirable una vez más, habita cada una de sus secuencias parisinas con una exuberancia que incluso hace olvidar la visión de tarjeta postal que se nos da de la capital francesa. Absolutamente imbuida de su personaje (véanse su lenguaje corporal, su manera de moverse, su acento, su energía), nos demuestra de nuevo lo grandísima actriz que es, por si alguien osa olvidarlo.


JULIE & JULIA. EE UU, 2009. Dirección: Nora Ephron. Guión: Nora Ephron; basado en los libros "Julie & Julia" de Julie Powell y "My life in France" de Julia Child y Alex Prud’homme. Fotografía: Stephen Goldblatt. Música: Alexandre Desplat. Montaje: Richard Marks. Intérpretes: Meryl Streep (Julia Child), Amy Adams (Julie Powell), Jane Lynch (Dorothy McWilliams), Stanley Tucci (Paul Child), Chris Messina (Eric Powell), Linda Emond (Simone Beck), Mary Lynn Rajskub (Helen)… Duración: 120 minutos. 

Reseña de Lovers sit on dung, de Hideo Asano. Por David Fueyo. 16/11/09

0

                                                                                                      

Lovers sit on dung.
Hideo Asano.
Autoedición, Año de publicación desconocido (Sin datos en la edición).
ISBN: 89-7085-243-300840

Brillante oscuridad.

Pasear entre el smog mañanero de Tokio puede llegar a ser toda una delicia. Enrevesarse entre las devastadoras torres de su skyline, comer algo desconocido bebiendo una ashashi en un parque y tan sólo escuchar el ruido de fondo, ser el secuestrador de El infierno del odio de Kurosawa y sudar en sus night clubs, sentirse pequeño al cruzar un semáforo. 

Asano fumaba en pipa en un lugar indeterminado de Shinjuku, una plaza, unas escaleras y un paraguas, y debajo Hideo como siempre hablando con un extranjero, conmigo. Hideo había dejado en el suelo sobre una manta roída unos cuantos ejemplares fotocopiados (varios folios partidos por la mitad) de sus haikus al módico precio de 1,000 yenes. Déjaselo a tus amigos cuando lo termines, me dijo, y me habló (o eso quise entender), de que había estado en nuestro país en un par de ocasiones y en alguna que otra escala de a saber cuantos vuelos. Asano parece un hombre tranquilo, pero es un culo inquieto, ahuyenta sus leones viajando, nunca permanece. (El pan viene después del arte/Preferir basura a grano/El miedo no son los leones).
 
Lovers sit on dung (Amantes sentados en el estiércol) es una sorprendente obra mínima de Hideo Asano cuya única distribución parece ser la venta directa desde el autor en un pequeño puesto callejero. Son 24 haikus oscuros, escritos en un pulcro inglés en el cual es imposible camuflar las raíces japonesas del autor. Disfruto traduciéndolos en mi particular modo de entender el inglés aprendido en That´s english y me siento libre, tremendamente libre interpretándolos a mi heterodoxa manera. En los poemas todo se intuye, se saborea, es como un terciopelo que deja las manos manchadas. Me dejo llevar entre la insignificancia física del libro que nos ocupa. Quizá esté demasiado acostumbrado a la claridad de los diarios occidentales, quizá haya leído recientemente algo de realismo decimonónico, y Lovers sit on dung, me llame la atención por su aparente simplicidad y por su enrevesado fondo. Algunas de las imágenes que regala Asano ya he tomado como propias, como mías (El pulpo acaricia las piedras frías/Hombre y mujer son uno), como pequeños cuentos de hadas en tres versos que quisiera haber escrito (El rey de reyes sirvió a los hombres/¿Puede el rey lavar los pies de la vieja mujer?/El puede a través del amor), o como alimento para lo que un día escribiré (El miedo hace media muerte/Come y bebe bien para luchar/Morir es vivir).
 
Mientras maquino este artículo mi novia ha escrito un teléfono sobre la portada de Lovers…  Lo ha confundido con un simple papelazo suelto y grapado que he dejado olvidado sobre la mesa del salón. Mientras lo arreglo con tippex  y fotocopiadora imagino a Asano fumando agachado, cerca de sus escaleras, hablando con extranjeros, viajando sin moverse de su Tokio, respirando su smog o quizá el continuo olor a quemado de Afganistán, donde trabajó como corresponsal freelance, o posiblemente en Los Ángeles, donde el smog seguramente será menos dulce sin estar cargado de especias, eso sí, lo imagino cortando terciopelo impregnado en tinta, con el dedo en la llaga, sembrando un poco de oscuridad en mentes recauchutadas, como la semilla de la flor que nacerá en el asfalto (Emotivas palabras se respiran/la tinta vale más que la sangre/la pluma vence al arca.) :1.000 yenes de brillante oscuridad.