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Pop supuesto, de Juanjo Barral, 23/04/2013

 
 
 
 
Pop supuesto
Juanjo Barral
La última canana de Pancho Villa, 2013. Número 620 de la colección.

Si deseas leer el libro, pulsa aquíy descárgalo gratis. 

 

 

Pop supuesto es un homenaje poético a la música, a través de los conciertos que dejaron huella en la vida del autor: Culture Club, Depeche Mode, New Order, The Cure, REM, Police, U2, The Smiths, Prince, David Bowie, Lou Reed, Pixies, Green Day, Sonic Youth, Oasis, Red Hot Chili Peppers, Arcade Fire, Arctic Monkeys…

La mentira sincera de Igor Paskual: El arte de mentir. Por Lauren García. 20/04/2013.

 

Pasión en estado puro

El arte de mentir, de Igor Paskual

Por Lauren García

 

Acostumbrados nos tiene Igor Paskual a unas canciones que son trallazos rockeros de tres minutos de duración. Pero el arte conversa a menudo con más de un idioma y, por ello, nos entrega su primer libro El arte de mentir (Editorial Difácil), que contiene vida y arte a raudales como una maleta de viaje recién desembalada.

Desde el prólogo, Loquillo se refiere al carácter transgresor de Igor Paskual, a toda su naturaleza inequívoca para trazar un personaje que ama la estampida de la contradicción de un tipo que tiene: «pasión en estado puro, cruda, directa y sangrante».

Actitud y aptitud son dos palabras hermanas que se entrecruzan y se respiran en el libro desde las primeras líneas sobrellevando el escenario en unos inicios duros con Babylon Chat. Unos comienzos que se soportan mejor con el desafío irremediable de unos pantalones de cuero. El escritor contempla aquellos años desde una prosa que mantiene el eje de la pasión. Unas páginas que sirven para homenajear a héroes musicales como

David Bowie o los Beatles con una querencia que otorga el conocimiento.

Igor Paskual logra convencer con un hedonismo que marca y se trasforma en arte. La vida de un rockero figura con toda su historia e intrahistoria; el tabú de lo correcto es papel mojado frente al ansia de vida irrefrenable. El prototipo de músico que se defiende enconadamente es el que exuda tópicos y se mantiene en guardia con respecto a cualquier manifestación cultural. Algo digno de resaltar frente al artista prefabricado que desprecia de un modo díscolo todo lo que no tenga que ver con su figura y cuenta corriente. Igor se declara inmerso en la literatura como guía y en la pintura como foco. En el libro permanece una constante de la vehemencia que el autor reclama para el hecho artístico; un poso de deleite que hace trascender al creador. Se recalca además la generosidad hacia los méritos ajenos que halla en un país como Uruguay y que tanto escasea en estos lares de egoísmo homicida.

En El arte de mentir ética y estética encienden un binomio de conciencia y placer. De la intimidad sexual nace un espacio de amplia literatura. El músico desde el alambre otea el alrededor de las confusas relaciones humanas para significarse en la vida.

Una notable constante es que la lectura nos haga recordar que todas las artes tienen su relación de parentela como los colores en la paleta de un pintor: el ardid del escritor trama una comparación entre Alfonso X y Morrisey. La potestad del conocimiento del oficio convierte las crónicas de conciertos en vibrantes pasajes prosaicos y nos deja el sabor de un último trago de una botella abandonada en un camerino.

La vocación intensa de Igor Paskual conlleva riesgo, pero también jugosos paseos por las enredaderas de la vida mientras el azar se debate como un péndulo. Ciudades descifradas en acordes como un modo de vida; el autoconocimiento es una fuente de existencia. Se entronizan arte y vida: verdad y mentira se confunden como una percepción en el espejo.

El arte de mentir nos entrega una mentira sincera y perfecta sin edulcorantes. Igor Paskual la ejecuta perfectamente como una rotunda nota de sol. 

 

Presentación de Pop supuesto, de Juanjo Barral. 19/04/2013

 

Presentación de Pop supuesto.

 

 
 
 

LA ÚLTIMA CANANA DE PANCHO VILLA

presenta el número 620 de la colección:

 

Pop supuesto,

de Juanjo Barral

 un homenaje poético a la música, a través de los conciertos que dejaron huella en la vida del autor: Culture Club, Depeche Mode, New Order, The Cure, REM, Police, U2, The Smiths, Prince, David Bowie, Lou Reed, Pixies, Green Day, Sonic Youth, Oasis, Red Hot Chili Peppers, Arcade Fire, Arctic Monkeys…

Viernes 19 de abril, a las 19:00 en el Café Paraíso

(calle Paraíso, 2), en Oviedo 

Juanjo Barral (Oviedo, 1962) 

Filólogo, periodista, escritor.  

Con su primera novela, Londres (prologada por Juan José Millás), fue seleccionado entre los finalistas del Premio Tigre Juan en 1992. En narrativa ha publicado también Parece mentira y Ya entiendo, así como Gran reserva y Navajo Bridge, dos extensos relatos inspirados tras un viaje por reservas indias de Arizona, Colorado, Utah y Nuevo México. 

Entre su obra poética destacan Teoría de la relatividad (Premio Internacional Surcos, Renacimiento, 2002), 37 latidos, La confitería se llamaba Beatriz, Poemas de andar por casa, ¿Todo ba vien?, El eco de nuestros pasos y 1.028 olas.  Ha sido incluido, entre otras, en las antologías Quinta del 63, Poemas para cruzar el desierto y Voces del extremo.Pop supuesto está también disponible a partir del 19 de abril

en www.escritoresdeasturias.es. + info: jjbarral@telecable.es

Entrevista a Víctor González-Quevedo. Por David Fueyo Fernández. 14/04/2013.

 

Entrevista a Víctor González-Quevedo 

«Cuando lees un buen libro te queda una sensación
como de gratitud y la respiración mejora»

Por David Fueyo Fernández

 

Víctor González-Quevedo (Oviedo, 1979) es una nueva voz que acaba de surgir en el panorama poético asturiano y que tras la reciente publicación de su primer poemario, Cercano cadalso (Colección Turbulencias, 2012), y sus colaboraciones en esta revista, LITERARIAS, sigue poniendo sus miras futuras en la literatura y en lo que ella conlleva como pasión y vicio, en este caso confesable, ya que aquí transcribo sus pareceres después de una conversación pausada con él, en la que hemos hablado del estado de la cuestión hoy en día, de su bagaje de lecturas pasadas y de sus proyectos futuros, de filosofía y, en general, de la vida. Literatura, filosofía y vida; y humo, mucho humo. Los dos escribimos,  fumamos y conversamos. ¿Qué sería de nosotros, los humanos, sin estas conversaciones tan banales, sin estos vicios confesables? 

 

—¿Es difícil publicar un primer libro en Asturias? 

Bueno, yo creo que sí, que como en cualquier parte es difícil para un autor novel romper la barrera de la impublicación. En mi caso tengo que agradecer a un grupo de amigos muy especial que me hayan abierto esa pequeña puerta, y a la Colección Turbulencias,el darme la oportunidad de publicar. Creo que, de no ser así, en mi caso y en el de tantos otros hubiera sido prácticamente imposible, o como poco complicado. De todas formas, opino que lo importante es disponer de obras de una cierta calidad; aunque es cierto que es difícil publicar un primer libro, o hacerlo en unas condiciones buenas. Seguramente a lo largo de la historia ha habido, hay y habrá grandes escritores en los márgenes del mainstream cuya obra no recibe la difusión y atención que merecen por parte del canon, incluyendo obras buenísimas que estarán pudriéndose en los cajones y discos duros del planeta hasta que las sandalias de un pescador las rescaten del ostracismo.  

—¿Cuáles son tus influencias literarias a la hora de escribir? 

Yo siempre he leído lo que me apetecía o llamaba la atención, no me era necesario que me impusieran lecturas obligatorias en el colegioo en la secundaria. Me gusta disfrutar del privilegio de leer todo tipo de literatura. Y en todo tipo de literatura caben todo tipo de géneros y autores. Cuando lees un buen libro y lo paladeas te queda una sensación como de gratitud y la respiración mejora. Ahora estoy leyendo poesía hispánica desde la Generación del 50 hasta nuestros días, y a veces algo de ensayo. Apenas leo narrativa, la leía hace años, pero cada vez me parece algo más fastidioso por el tedio que me conlleva.  

Cercano Cadalso, tu primer libro, parece tener detrás una compleja estructura sobre la cual se van armando los poemas. ¿Puedes comentarnos como has concebido esa estructura? 

En realidad, la estructura responde a un libro de Hans Jonas que leí sobre una vieja, digamos, “herejía”: la de los primeros gnósticos cristianos en los albores de la cristiandad. Fueron contrarrestados por la religión dominante, pero, en mi opinión, dejaron un legado de creencias y concepciones bastante interesante. Ellos pensaban que la tierra era una especie de prisión y que el universo entero no había sido creado por un dios de luz, sino por un –por así decirlo— falso dios. La estructura, más que ser compleja en sí, es bastante desconocida a niveles mayoritarios y remite a las creencias fundamentales de aquellos grupos y escuelas. Por otra parte, el filósofo Cioran pronosticó –no sin cierta desazón— que en el tiempo que vivimos la poesía se desplazaría hacia este tipo de áreas. De todas formas, para mí estas cosas son más algo que me influye estéticamente que algo que tome totalmente en serio y aplique a mi vida, al menos en la actualidad.  

—Tras leer tu poemario al lector puede quedarle la sensación de que, bajo una apariencia sencilla a la hora de elegir las palabras, se esconde un poemario bastante críptico en su sentido global. ¿Es esa la idea que perseguías con Cercano Cadalso? 

Cuando escribí este libro estaba inmerso en la “investigación” del sistema filosófico-religioso que te comentaba en el punto anterior (el gnosticismo), y por otra parte siempre me han gustado los poetas herméticos y aplicar un discurso un tanto “metafísico” a mis escritos, por así decirlo. Supongo que no estoy muy de acuerdo con la corriente positivista, cientifista y materialista que nos imbuye actualmente, y este libro, en cierta manera, es una reacción a eso tanto como un reflejo de ello. Y puede parecer, por tanto, algo críptico… Pero se trata más que nada de la temática desplegada, relativamente desconocida para el público mayoritario.

 » Siempre me han gustado los poetas herméticos
y aplicar un discurso un tanto “metafísico” a mis escritos  

—Tienes estudios de filología inglesa. ¿Conocer bien un idioma que no sea el castellano permite acercarse más a la literatura de esas otras lenguas? 

Aún estoy estudiando la carrera; por circunstancias vitales he empezado bastante más tarde de la edad que me correspondía. De todas formas, y por aplicar una terminología particular al tema, apenas soy un rookie o más bien un sophomore en inglés (estudiante de segundo año), con lo cual no puedo responder con total conocimiento de causa. Lo que sí me parece es que, por ejemplo, leer a un poeta como Rupert Brooke en su idioma, por ejemplo, es una tarea muy agradable. Y no cabe duda de que me gustaría saber bastante más para apreciar mejor este tipo de obras.

¿Qué relación existe entre tu obra y tus lecturas? ¿Hay rasgos autobiográficos en Cercano Cadalso? 

Pienso que inevitablemente en todos aquellos que nos dedicamos con pasión y entrega a estos asuntos de la creación todo se imbrica continuamente, lo dif&iacute
;cil sería dilucidar este
porcentaje. Pero sí, supongo que algo de todo eso hay, aunque a la hora de escribir también te digo que intento hacer tabla rasa lo más posible de cuanto me pueda acontecer o haber acontecido. No obstante, es indudable que el pasado, el presente y el inestable futuro se agarran como una lapa mortificante a los oficios del arte. Parece lógico, después de todo. Es la vida.  

—Además de la poesía también has trabajado el relato de ciencia-ficción y creo que últimamente la traducción. ¿Son disciplinas en las que te sientes tan cómodo como en la poesía? ¿Crees que la ciencia-ficción todavía tiene una vuelta de tuerca en el siglo XXI?  

Últimamente estoy leyendo, tal y como te decía, mucha poesía. Encuentro en la escritura creativa la verdad más fecunda de las artes escritas, cosa que cada vez me pasa menos con el género novelesco. Los relatos de ciencia-ficción fueron una especie de divertimento y un desahogo, es otra parte mía que no sé si algún día saldrá a la luz. Hace tiempo que sólo escribo poemas, de los cuales desecho una gran parte que no reúnen un mínimo de calidad, o que pienso carecen de nervio y orfebrería adecuados. Ahora mismo estoy estudiando traducción dentro de los estudios de filología, pero es un campo más difícil de lo que parece y muy delicado, es un trabajo de cirugía léxica, semántica e incluso ideológica. He traducido algunas cosas de psicología y poemas sueltos. En cuanto a la ciencia-ficción, yo pienso que está encuadrada como un subgénero y aún no se le presta la suficiente atención que merece en los estudios oficiales de universidades y demás. Pero, por ejemplo, para mí Philip K. Dick (el autor de Ubik e inspirador de Blade Runner) es tan grande como pueda serlo Shakespeare, por poner un ejemplo totémico al uso. En respuesta a lo que me preguntas al final, la ciencia-ficción la veo como una manifestación político-artística, y yo creo que sobrevivirá al igual que sobrevive el cómic, por ejemplo. Aunque sea a duras penas, sobrevivirá por el simple motivo de que plantea temáticas plenamente vigentes, yo diría que cada vez más. Además, es tan vieja como la humanidad y tan nueva como un alienígena y ha sido la brillante heredera de aquella antigua literatura novelesca de viajes.   

—Háblanos de tus próximos proyectos

Tengo un libro de poemas casi terminado que me parece aceptable, junto con algún experimento en la dramaturgia que he venido trabajando últimamente, cual Gepetto en su taller. A ver si consigo pequeños Pinocchios que sean artefactos derrotadotes de la mentira, o al menos que no les crezca demasiado la probóscide. 

 

La raya permeable, de Ángel García Prieto y Fermín Rodríguez Gutiérrez. 09/04/2013.

   

Ángel García Prieto

Fermín Rodríguez Gutiérrez

LA RAYA PERMEABLE

Viajes por la frontera hispano-portuguesa

DG Ediçoes, 2013

 
 
 
La frontera luso-española recorre mil doscientos noventa y dos kilómetros desde la desembocadura del río Miño/Minho en el norte a la del Guadiana en el sur. Discurre por las divisorias de siete provincias españolas y en el lado portugués se corresponde ochos distritos portugueses de las regiones de Minho, Trás-os-Montes, Beira Interior y Algarve. Como es natural la raya es motivo de historias, leyenda y anécdotas que pasan por la realidad de unos territorios casi siempre homogéneos, poblados por habitantes de la misma raza, que han ido creando sociedades de cultura y desarrollo muy semejantes y con un desenvolvimiento histórico llamativamente paralelo.
La raya es mítica, es un lugar de encuentros y desencuentros de hermanos que han estado demasiados siglos de espaldas, incluso en guerras, pero en definitiva unidos. Unidos por una realidad que en determinados casos hace de la frontera un territorio poroso, permeable y ambiguo.
Este libro se divide en cinco capítulos, correspondientes a los territorios de las cuencas fluviales de los ríos Miño, Limia, Cávado, Duero, Tajo y Guadiana, compartidos por las dos naciones peninsulares y describe de un modo amable y divulgativo territorios, situaciones históricas, monumentos artísticos, cultura, curiosidades e incluso algunos ejemplos de autores y creaciones narrativas relacionados con los lugares visitados. 

 

Las prescripciones peligrosas: Efectos secundarios, de Steven Soderbergh. Por José Havel. 05/04/2013.

 

Las prescripciones peligrosas

Efectos secundarios, de Steven Soderbergh 

Por José Havel

 

Steven Soderbergh fue aclamado en el pasado Festival de Berlín por Efectos secundarios (2013), obra a la que el ecléctico autor de títulos como Sexo, mentiras y cintas de vídeo (1989) o Traffic (2000) considera la última de su filmografía antes de consagrarse a la pintura, aun cuando pudo simultanear su rodaje con la realización de Behind the Candelabra, biopic HBO del popular pianista Liberace en actual fase de posproducción.

Filme de aliento hitchcock-polanskiano sobre los tejemanejes y la corrupción de la industria farmacéutica, Efectos secundarios se dispara argumentalmente desde el personaje de Emily (Rooney Mara), mujer de Martin Taylor (Channing Tatum), un ejecutivo de Wall Street recién salido de prisión tras haber cumplido condena de cuatro años por un delito bursátil de información privilegiada. Tal anómala situación doméstica ha provocado en la mujer —ya tratada de depresión con anterioridad— trastornos graves, impulsos suicidas. Entonces el doctor Jonathan Banks (Jude Law), su nuevo terapeuta, decide prescribirle Ablixa, psicofármaco experimental que un gran laboratorio le ha encargado testar con pacientes. Pero lo hace con el beneplácito de la antigua psiquiatra de Emily, Victoria Siebert (Catherine Zeta-Jones). La medicación es tan fuerte que la sonambulizada Emily dice no recordar nada cuando su marido aparece apuñalado con sus huellas en el arma homicida. Al atraer el destino trágico del joven matrimonio la atención de los medios de comunicación, el doctor Banks queda expuesto en el ojo de un huracán de turbio origen.

El “último” filme de Soderbergh es uno de esos thrillers de la paranoia con vocación de compromiso social. Muestra preocupación hacia el uso masivo de los antidepresivos en EE UU, país donde la publicidad de tales productos prolifera a discreción. Algo muy inquietante, habida cuenta de lo sesgada que puede resultar la publicidad, capaz incluso de modificar nuestra relación con los medicamentos, normalizándola —a demanda del sistema— mediante la venta de un artificial equilibrio constante entre felicidad y tristeza, entre paz y ansiedad.

Una película comprometida y seca, de esas bien fabricadas, hechas con tiralíneas, sin ningún plano de más. Pura fruición fílmica en su manipulación del espectador, en su juego de claroscuros con las apariencias, los equívocos, los giros narrativos y las convenciones del cine negro, Efectos secundarios admite una lectura retrospectiva, soporta ulteriores visionados: ciertos planos y lances cobran nueva luz cuando comprendemos adónde quería llegar su director. De lo mejor y más entretenido (hay sorpresón colateral) de Steven Soderbergh. 

 

Recital literario 19 de abril de 2013 en Club de Prensa de La Nueva España. 3/04/2013

 
 
DÍA 19 DE ABRIL DE 2013. A las 20 horas está organizado un acto en el Club de prensa de La Nueva España (Oviedo) con el título 

LITERATURA A DISCRECIÓN (POESÍA Y MICRORRELATOS) 
La literatura que hace Asturias

En este recital literario de tema libre podréis participar con textos que no sobrepasen los 20 versos o líneas. El acto estará acompañado de música para cubrir los tiempos muertos entre las lecturas.
A continuación (a las 22 horas) tendremos una espicha con comida y sidra a discreción en la Sidrería EL FERROVIARIO (calle Gascona, Oviedo) con un precio de 17 €. Podéis participar los socios y las personas que estiméis cercanas al mundo de las letras.
Con el fin de organizar de la mejor manera posible los dos actos, te ruego que nos comuniques tu participación antes del 14 de abril a este correo. Recuerda que, si quieres asistir a la espicha, tienes que ingresar los 17 € con tu nombre en la cuenta de la AEA antes del domingo (14 de abril).
Cuenta de la AEA en Cajastur: 2048 0000 28 0340127308
 

El arenque rojo, de Gonzalo Mourte y Alicia Varela, por Marcelo Matas de Álvaro 1/04/2013

El arenque rojo

 

 EL ARENQUE ROJO

Gonzalo Moure
Alicia Varela
Editorial SM. Madrid, 2012
Mural
 
Ese descubrimiento no tiene que ver con la presunta verdad de lo que sucede en el parque, sino más bien con la exploración interior que el «lector» de imágenes debe hacer para inventar su propio relato. La original propuesta de Moure y Varela es que el lector sea el escritor de los cuentos que cada personaje, es decir, cada uno de nosotros, lleva consigo. Así, podemos fijarnos en el músico que toca la flauta, en el ciclista que lleva una maceta en su bici, en la chica que medita junto a un árbol, en la niña que mira embelesada su globo azul, en el perro que sonríe al ser fotografiado, en la nube que llueve sobre un paraguas abierto, en la viejecita del bastón o en el tobogán vacío.
 
Cada historia puede seguir en la próxima página, se mezcla con otra historia o simplemente desaparece antes de llegar al final del libro, donde en un sobre cerrado el lector encontrará lo que ha escrito Gonzalo Moure sobre lo que acabamos de ver. Seguramente sus relatos no coincidirán con los que nosotros hemos imaginado y nos sorprendamos al leer Una flor en el suelo, La mujer que se sentía vieja antes de tiempo o El joven poeta que leía versos ingrávidos, pero su mirada —como la nuestra— habrá vencido el poder del arenque rojo, aquel que se empeña en distraernos para no ver las historias —las vidas— que continuamente suceden a nuestro alrededor. 
 
Marcelo Matas de Álvaro es escritor.

Se acabó la fiesta, versión de Andrés Presumido de El Inspector (Nikolái Gógol). Por Armando Murias Ibias. 28/03/2013.

 

Se acabó la fiesta
Versión de Andrés Presumido de El Inspector de Nikolái Gógol
 
Por Armando Murias Ibias
 
 
En esta España de fiesta y pandereta, de chorizos y corruptos, plagada de defraudadores y carcomida por una ingente legión de especuladores, no nos puede resultar extraña la obra de Nikolái Gógol, buen conocedor y crítico de la corte zarista, no muy alejada de la nuestra.

Por tanto, Andrés Presumido lo tenía fácil con esta excelente adaptación de la obra del autor ucraniano a nuestro estercolero nacional. La obra surge de una confusión típica de las comedias de enredo para adentrarse en la farsa heredera del teatro de Valle Inclán. Va a ser un vividor apicarado el que deje al descubierto la verdadera catadura de nuestros gobernantes envilecidos y sin escrúpulos. En escena aparecen los banqueros atentos únicamente a su codicia, la concejala de la Cultura vacía y de postureo, la concejala de una Sanidad que no cesa de recortar sus prestaciones, un concejal del ladrillo que fue aupado hasta la estratosfera por la burbuja inmobiliaria, un juez que pervierte los principios básicos de la jurisprudencia a favor de su bolsillo, una funcionaria de Correos más cotilla que eficaz. Y en la cúspide de la pirámide del poder ¡cómo no!, el alcalde y su consorte, los que inauguran estaciones sin vías para los trenes, los que manipulan todo lo imaginable para seguir con las posaderas en la poltrona.  ¿No les suena esto?

A partir de la obra El inspector (estrenada en Moscú en 1836), Andrés Presumido construye la versión titulada Se acabó la fiesta, un vivo retrato caricaturesco de la naturaleza española en la que no faltan los ingredientes de nuestra picaresca regional. Así la pomposa Fundación Centro Cultural Internacional Óscar Niemeyer queda degradada a un simple embutido Óscar Mayer, el caso Marea da mareos a más de uno, todo bajo el eslogan de los indignados: no hay pan para tanto chorizo.

En el espectáculo, la risa (el único personaje noble que aparece durante la obra, según dijo N. Gógol después del estreno) es el agente más devastador, es la que saca a la luz la profunda corrupción del sistema político que hemos elegido. A través de la sátira puede el espectador sentir vergüenza por mantener a sus dirigentes en el pedestal de la cosa pública.

Se acabó la fiesta está representada por Teatro Casona y Mierescena. La dirección y puesta en escena es de Andrés Presumido. Se estrenó el 23 de marzo de 2013 en el Centro Cultural Valey (Castrillón) y volverá a estar sobre el escenario en Mieres el 7 de junio.

 

Armando Murias Ibias es profesor de Literatura y escritor.