Amin Maalouf: una obra apasionante. Por Ángel García Prieto. 21/06/2010

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 Novelista libanés que canta la esperanza de reconciliación entre los pueblos.

 
AMIN MAALOUF: UNA OBRA APASIONANTE
 
            Un mestizo cultural y lingüísticocomo él mismo define al hombre – escribe desde Francia sobre temas que tienen siempre en común una búsqueda de unidad, reconciliación y paz para los pueblos, etnias y sociedades que, a lo largo de la historia, han ido conformando el Próximo Oriente y el Levante Mediterráneo Su obra es un canto a la esperanza, un encuentro entre grupos sociales de diversa cultura y religión, pues “los vínculos de unión entre las personas transgreden cualquier grupo étnico o religioso. Este es el mensaje que quisiera gritar al mundo, a un mundo que impone como fin último la pertenencia a un pueblo”.
 
            Nacido en 1945 en Líbano, ejerce el periodismo y la literatura en París, donde fijó su residencia desde el comienzo de la guerra civil en su país. Ha logrado un notable éxito editorial con centenares de miles de ejemplares en varios idiomas para todas sus novelas y, entre otros, el Premio Goncourt en 1993, con La Roca de Tanios.      
           
            En español tiene publicadas seis novelas, dos ensayos históricos y un libreto de ópera. Dos de las novelas más significativas se reseñan a continuación.         
 
La roca de Tanios. (Ed. Alianza, 1993). En un pueblo de la montaña libanes, hacia la mitad del siglo XIX se desarrolla la acción de esta novela, cuando los enfrentamientos políticos y bélicos entre Egipto y el Imperio Otomano proyectan los antagonismos de las potencias occidentales sobre las pequeñas comunidades drusas, cristianas y musulmanas. El histórico suceso del asesinato del patriarca maronita sirve de eje a un relato de ficción en el que la leyenda y la realidad hacen presagiar el comienzo del camino belicoso, apasionante y dramático de los intolerantes antagonismos que se vienen sucediendo hasta la actualidad, desde el “Reglamento de Autonomía Libanesa” de 1864, impuesto por las naciones europeas y firmado en Constantinopla.
 
            La historia es reconstruida por un narrador de Kfaryabda con la ayuda de las crónicas locales y la buena memoria de un anciano lugareño. Narra la vida de Tanios, un muchacho al que el destino hace enfrentarse con celeridad al amor, las venganzas y la tremenda responsabilidad del protagonismo en la liberación de su pueblo. Un protagonista bien real, perfilado con rasgos definitorios y convincentes, como también lo son los demás personajes de la narración, que se manifiestan en un clima ambiental dibujado con emotivo realista.
 
Las escalas de Levante. (Ed. Alianza, 1996). También como en su novela anterior, el Líbano es el escenario de un relato que se extiende a través de tres generaciones de una misma familia, si bien hay un principal protagonista que ocupa la mayor parte de la historia. Éste la cuenta al narrador de la novela, al que, en un fortuito encuentro en París, se hace confidente de una vida llena de ilusiones, aventuras, desasosiegos, éxitos y desgracias, esperanzas y amor por su familia y su patria.
           
            Es una narración que abarca casi todo el siglo XX, en torno a los personajes de esa familia de origen otomano, en el que se unen musulmanes, cristianos y judíos. La acción desde el Líbano se extiende a Francia, principalmente durante la II Guerra Mundial, donde el protagonista llega a ser un héroe de la Resistencia. Y la historia principal es la de un amor familiar roto por la guerra palestino-israelí. “En este libro hay personas que se aman, cuando la Historia querría que se odiaran. Deberíamos aprender de ello” – decía el autor en la presentación del libro, en Madrid. Que añadía: “Las relaciones humanas son muchísimo más importantes que los vínculos históricos. Lo que salva y libera a los seres humanos es el amor que, en mi novela, utilizo como un elemento de redención o antídoto”.
 
            También son muy interesantes,  León el Africano (Ed. Alianza, 1988), un relato de aventuras, en el que la clara y sugerente imaginación novelística de Maalouf sirve de cauce a la fluida narración de documentados datos históricos en torno al siglo XVI mediterráneo. La corte de Boabdil en Granada, las intrigas de Fez o El Cairo, la vida en la misteriosa Tombuctú y la complicada política del mosaico italiano de entonces se entreteje en un sincretismo ideal, personalizado en la figura de Juan León de Medicis, apodado “El Africano”. Samarcanda (Ed. Alianza, 1989), que hace una recreación de la historia de Persia, en torno a la mítica ciudad de Samarcanda, en la Edad Media, y a principios del s. XX. Y Los jardines de la luz (Ed. Alianza, 199l), novela la vida de Mani, un personaje rodeado de un halo de leyenda, nacido en Mesopotamia a principios del siglo III y fundador de un sistema religioso sincretista del cristianismo, judaísm
o y con algunas ideas del mazdeísmo.
 
Menos interés que las anteriores, pueden tener: El primer siglo después de Beatrice (Ed. Alianza, 1992), posiblemente la más floja de sus novelas. La invasión (Ed. Alianza, 1994), es un ensayo histórico, sobre las cruzadas vistas desde la perspectiva de los árabes. Identidades asesinas (Ed. Alianza, 1999), es otro ensayo sobre la intolerancia, la confrontación y la locura que incita a la violencia por razones de etnia, cultura, geografía o religión. El viaje de Baldassare(Ed. Alianza, 2000) es una novela voluminosa, de ambicioso planteamiento y se abre con sugestivas propuestas, como es el periplo de un culto y rico librero de origen genovés asentado en el Líbano llamado Baldassare, por todo en norte de Mediterráneo, Centroeuropa e Inglaterra. Pero el desarrollo del argumento es una retahíla enorme de diverso tipo de aventuras, sorpresas y situaciones que no acaban de convencer por sus tópicos y la superficialidad de los personajes. Se trata, pues, de una novela que no tiene el peso de la mayor parte de las otras. Amor de lejos (Ed. Alianza, 2002)es un libreto de ópera, en edición bilingüe francés-español. Y Orígenes. (Ed. Alianza, 2004) es un relato histórico sobre la propia familia del autor, para ejemplificar la vocación de “nómadas del mundo” de los libaneses que, al menos desde el s. XIX, entremezclan sus orígenes étnicos, religiosos, ideológicos y vitales por haber nacido en las tierras periféricas del gran imperio otomano en desintegración; pero que también son capaces de emigrar hacia cualquier lugar del mundo por motivaciones diversas.

 

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