Con pecado concebido, de Sergi Escolano, por Ernesto Colsa. 6/01/2014

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Con pecado concebido
Sergi Escolano
Ed. Pez de Plata
Colección Brotadura 2
Ilustraciones de Roger Pibernat
 
Desde este foro no puedo sino darle la más enardecida enhorabuena a Jorge Salvador Galindo, factótum de Pez de Plata, por el comienzo de esta segunda, y esperemos que venturosa, etapa de su editorial, en la cual se aprecia diseño renovado y nuevos bríos. Se mantiene la intención de diversificar la oferta mediante varias colecciones, como la que aquí nos ocupa, Brotadura, cuya segunda referencia es objeto de la presente reseña.
Sergi Escolano, barcelonés de los tempranos setenta, trabaja como guionista en varios medios, entre ellos la revista humorística El Jueves, un clásico que ha sobrevivido gobiernos de diferente signo pero similar ponzoña, un intento de golpe de Estado y la guerra de occidente contra el terror. Pues bien, el talento en el ejercicio de la sátira se le desata al autor en esta Con pecado concebido, cuyo planteamiento resulta de lo más sugerente: a modo de Apocalipsis apócrifo, la novela sitúa en nuestros días el segundo advenimiento divino a la tierra, un suceso, no obstante, forzado por las circunstancias, pues la fuerzas celestiales se ven obligadas a enfrentarse al Anticristo, a quien por mediación de Fede, un eficaz agente de Satanás, ha concebido una joven residente en la Ciudad Condal tras una cogorza de espanto. Por su parte, Jesús prefiere continuar dedicándose a sus asuntos antes que asumir el engorro, escarmentado como quedó de la anterior experiencia, donde lo dejaron hecho un ecce homo. San Gabriel, al mando interino del Reino de los Cielos, trata de buscarle un sustituto, pues Dios se encuentra de vacaciones con Shiva y no se manifiesta a sus súbditos desde hace varias semanas.
Semejante punto de partida no desentonaría en la obra de un Alfred Jarry o, si me apuran, del Boris Vian más desatado, mas Escolano opta por un tratamiento a la española, a modo de Jardiel Poncela, haciendo honor a la revista donde se dio a conocer. Pero el aparente trazo grueso oculta más enjundia de lo que se aprecia a simple vista; los diálogos denotan el oficio del autor en los resortes de esta técnica, una de las más complejas de la narrativa, y la aparente chanza se convierte, en realidad, en sutil sátira a todos los estamentos sociales a través de continuas referencias al imaginario popular de las últimas décadas, tantas como las de la edad del autor, sin quedarse así en una simple y facilona mofa del fenómeno religioso, en lo cual podría haber incurrido alguien con menos talento del necesario.
Pero, sin desmerecer cuanto antecede, las últimas cincuenta páginas hacen trascender a la novela de mero entretenimiento más o menos ingenioso a ejercicio metaliterario mediante un sorprendente quiebro formal propiciado por una sucesión encadenada de epílogos, reepílogos, capítulos suprimidos y paralelos, finales alternativos —made in Hollywood y al modo del Siglo de Oro—, tomas falsas, entrevistas, agradecimientos, un prólogo apócrifo… Una genial pirueta que enriquece sobremanera el conjunto de la obra.
La cuidada edición mejora los ya esmerados antecedentes de Pez de Plata. Un diseño de portada un tanto vintage, una agradable maquetación y unas sugerentes ilustraciones a cargo de Roger Pibernat, elaboradas ex profeso —una tradición en anteriores referencias de la editorial—, constituyen no pocos alicientes para hacerse con la obra, y así colaborar con Jorge Salvador en su heroica iniciativa de insuflar hálito a nuestro depauperado panorama cultural.
 
Ernesto Colsa es escritor. 

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