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Erich Marie Remarque: un humanista romántico, por Alejandro Cuesta. 15/04/2010

 

Entre los grandes autores alemanes del siglo XX, puede incluirse la figura de Erich Paul Kramer, más conocido por el seudónimo de Erich Marie Remarque, aquel agudo observador de los horrores de la guerra y otras lacras humanas. Su gran perfil estilístico, queda a menudo eclipsado por otros creadores más ruidosos, que copan – no sin derecho – la literatura alemana de este siglo. A casi todo el mundo lector le suena mucho más por ejemplo, el siempre fiel a sus convicciones y malogrado, Stephan Zweig; el dubitativo y avanzado, Hermann Hesse; un atormentado y casi visionario, Franz Kafka; el didáctico e insustituible dramaturgo que llegó a ser Bertolt Brecht …, sin olvidarse del monumental Thomas Mann, considerando aparte otras luminarias algo menores, que llegan hasta nuestros días: Heinrich Böll, Peter Weiss, Friedrich Dürrenmatt, Gúnther Grass, etcétera. 
 
Pero nada más que a unos pocos, se les ha ocurrido guardar en su cabeza un pequeño lugar estético para Erich Marie Remarque, hoy en día injustamente olvidado, con lo que esto pueda llevar de desconsuelo al campo de la creación; y lo que es más grave, en absoluto recuperado por las más diversas compilaciones literarias.
 
SU TRAYECTORIA PACIFISTA
 
Al cumplirse en el año presente los cuarenta desde la muerte de este importante escritor, hemos querido traerlo hoy en el recuerdo a estas páginas, centrándonos en los puntos más relevantes de su carrera literaria, sin obviar la destacable dimensión de su faceta cinematográfica.
 
Erich Marie Remarque, nació en la localidad alemana de Osnabrück en 1898, por lo que hace ya doce años que se ha cumplido su centenario. Pertenecía a esa generación, que en plena adolescencia, tuvo que trocar sus estudios e ilusiones juveniles por el áspero clamor de la guerra, ya que con diecisiete años se alistó en una contienda de incierto final, a la que desde todas las instancias bautizaron como Gran Guerra, y en los manuales de Historia, figura como la Primera Guerra Mundial. Este duro acontecimiento marcará a fuego la existencia de numerosos jóvenes, que en la defensa de unos valores que se consideran eternos e inmutables a esa edad, quedarán destrozados para un futuro, con los ideales rotos ante un mundo que no muestra su rostro mejor, con respecto a lo anterior conocido. Será el drama con el que tendrán que convivir en lo sucesivo, y adoptarán las vías del escepticismo o la casi desaparición como seres humanos, en un intento de dar una respuesta plausible a todo el horror observado.
 
Ahondando un poco más en los orígenes de Remarque, advertimos que descendía de una familia francesa que emigró a Alemania en el siglo XIX, afincándose en la amplia zona del Rhin, aunque ignoramos las causas que motivaron tal emigración.
 
Sin novedad en el frente 1En lo referente a su trayectoria artística, podemos argumentar que existe toda una corriente antibelicista trasplantada a la novela, que se genera principalmente a partir de la Guerra Franco-prusiana y se continúa con la Primera Guerra Mundial; y a los nombres ya conocidos de Bertha Von Suttner, con su escalofriante  Abajo a las armas (1889), o Henri Barbusse, autor de El fuego (1916), podemos añadir el de Remarque, que con la publicación de Sin novedad en el frente (1928), adaptada al cine con gran éxito en 1930, por Lewis Milestone, que obtiene dos oscars, consigue hacerse un nombre al irrumpir en la fama literaria, pero al mismo tiempo se convertirá en un ser molesto, por su constante detección de las llagas humanas. No debemos de olvidar que en este momento, Alemania alcanzará su mayor distorsión como país y como realidad, con el desarrollo y posterior toma del poder por parte del Nacionalsocialismo. Serán tiempos muy convulsos, y a los escritores e intelectuales más conscientes, sólo les quedará el paladeo amargo del exilio.
 
LAS OTRAS NOVELAS
 
En líneas generales, la producción novelística de Remarque, se centrará preferentemente en el tema de la guerra y sus secuelas. Los personajes que cincela de manera irrepetible, compondrán seres zarandeados por la excesiva ambición económica de los poderosos, que en definitiva son los que provocan los conflictos armados; y también serán los sin hogar, los que huyen de frontera en frontera, como seres desplazados y presa de las mayores miserias. Nuestro autor también analizará los frentes de batalla, la vida en la retaguardia, las masas ingentes en busca de trabajo, el problema judío, la inflacción alemana…
 
Dos novelas suyas impresionan sobre todas las demás. En Naúfragos (1941) que planteará con toda crudeza la problemática de aquellos que no encuentran ninguna salida, y se verán impelidos a perder sus señas de identidad. Parece muy significativo en la narración, la obligatoriedad de poseer un permiso de residencia para obtener un trabajo, pero al mismo tiempo también se hará imprescindible estar trabajando para conseguir la residencia. Esto se convertirá en una auténtica ratonera, y los personajes de la trama deberán de resignarse a habitar este círculo vicioso. A través de El obelisco negro (1957), podemos reconstruir por medio de lo que nos cuentan los vendedores de panteones y otras lindezas sepulcrales, protagonistas, lo que significó la brutal inflacción alemana, que se produjo una vez finalizada la Gran Guerra. Nada tenía valor por aquel tiempo; o mejor dicho, la subida de los precios se efectuaba de minuto en minuto – alcanzando las más altas cotas – y con el dinero necesario para comprarse una corbata – unos cinco mil marcos aproximadamente – en un corto período de tiempo, sólo se conseguía adquirir una botella de vino de muy mala calidad. Otros ejemplos, serían el precio del billete para subir al tranvía, o la continuada petición de aumento de sueldo por parte de los socios de la Empresa Funeraria, que necesitaban para hacer frente al constante incremento del coste de la vida. El obelisco negro, se erige en un cuadro estremecedor sobre la miseria y egoísmo humanos, captado a la perfección por la pupila indagadora de Remarque.

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REMARQUE Y EL CINE
 
Otro capítulo importante en la biografía del novelista, fue su permanencia en Hollywood durante varios años; meca dorada del cine, que desde sus primeros tiempos atrajo a escritores e intelectuales de las más variadas actitudes y procedencias, saldándose su participación -en la mayoría de las ocasiones- con sonados fracasos. Por allí pasaron autores como Marcel Pagnol, Bertolt Brecht y otros ilustres europeos, que poco o casi nada aportaron al acervo de esta endiablada industria. Del lado norteamericano, celebrados talentos entre los que se encontraban William Faulkner o Francis Scott Fitzgerald, por citar las figuras más llamativas, abominaron de haber intervenido en guiones concretos, que en ningún sentido acrecentaron su bien ganada fama en las letras. De aquí se deduce que desde los inicios, salvo en muy honrosas excepciones, se estableció una especie de divorcio entre lo que demandaba el cine, por medio de su específico lenguaje, y lo que era capaz de aportar a sus necesidades la Literatura.
 
 John Gavin, Liselotte Pulver, Douglas Sirk dans En el caso de Remarque, alguna de sus principales obras fueron llevadas a la pantalla, con mejor o peor fortuna, aunque ignoramos su grado de participación en los guiones ( siendo esto posiblemente la base para otro estudio ) Desde su lejana y exitosa Sin novedad en el frente  (1930), ya mencionada, a cargo del irregular Lewis Milestone, que para muchos se ha convertido en un filme casi de culto, dentro del género bélico, la industria cinematográfica norteamericana se ha nutrido con regularidad de novelas suyas, tales como Tres camaradas (1938), de Frank Borzage, Arco de triunfo (1948), también de Lewis Milestone, Tiempo de amar, tiempo de morir (1957), de Douglas Sirk, en donde Remarque incluso interpreta el papel del Profesor Pohlman, y la más reciente de todas ellas hasta ahora, Un instante, una vida ( Bobby Deerfield, 1977), de Sidney Pollack, interpretación libre de una de sus últimas narraciones El cielo nada sabe de protegidos (1961)
 
Asimismo, Remarque contrajo matrimonio en 1959 con la actriz estadounidense Paulette Goddard, una de las musas de Charles Chaplin, con la que este había estado casado durante un breve tiempo, haciéndolo más tarde el excelente actor Burgess Meredith, y que acabó con un estrepitoso fracaso. 
 
SUS OBRAS MENORES
 
Así pues, resta argumentar sin riesgo a error, que Erich Marie Remarque, representa la figura de una especie de cronista del tiempo que le tocó vivir, y por todo ello nos merece la más alta consideración, aunque sus novelas no gocen actualmente de una amplia clientela. Sus personajes han surgido a menudo del hambre, de las persecuciones, no tienen futuro, y Remarque, joven conmocionado por aquel irreductible chispazo de la más dura de las confrontaciones bélicas, es muy probable que no haya podido superar una posteridad provista de una óptima y tecnificada sabiduría para matar.
 
El sentido de la vida del escritor, nos ha dado por otra parte muchas de las claves de su tipo de creación. La misma se halla con frecuencia inmersa en los continuos vagabundajes que describe en sus narraciones. Al implantarse el régimen Nazi, se exilió primero a Suiza y posteriormente a los Estados Unidos ( en un cierto paralelismo con otro escritor disidente, como era Thomas Mann ) volviendo al final de su existencia de nuevo a Suiza, donde fallecerá en Locarno en 1970.
 
Para finalizar, podemos establecer otra escala de valores diferente, con respecto a sus posteriores novelas, a las que la crítica achaca de falta de garra y continuada reiteración. Arco de triunfo (1948), La chispa de la vida  (1952), Tiempo de amar, tiempo de morir (1955),  El cielo nada sabe de protegidos Una noche larga, ambas de 1962, pertenecen ya a un período de decadencia. Algunos de sus incondicionales lectores, también hemos advertido el cambio, y parece trocarse en decepción relativa, lo que algún día uno de los más grandes escritores pacifistas de su tiempo, dejó cincelado con su ya inmortal: Sin novedad en el frente occidental, como reza la traducción literal de su verdadero título. 

 

E-book: el futuro digital de los libros, por CADE Comunicación. 12/04/2010

 

El Gran Hotel Regente acogió la semana pasada un debate sobre el E-book y las ediciones digitales, organizada por el foro Ágora 21 y la Asociación de Escritores de Asturias. Durante la misma, varios expertos analizaron la situación actual respecto a los derechos de autor, cuál es el papel de las editoriales en un futuro cada vez más inminente y también trataron de resolver las dudas que todavía surgen en torno a este tema. En el coloquio participaron el presidente de la Asociación de Escritores, Carmelo Fernández, la presidenta de la Asociación de Editores, Marta Magadán, el presidente de la Asociación de Libreros de Oviedo, Luis Martín, y el director técnico del Centro Español de Derechos Reprográficos (CEDRO), Victoriano Colodrón. El coloquio estuvo moderado por el escritor Javier Lasheras, quien recordó que la charla formaba parte de los actos preparados para celebrar el décimo aniversario de la Asociación de Escritores de Asturias.  

El primero en intervenir fue el presidente de la Asociación de Escritores, Carmelo Fernández, que indicó que el futuro digital del libro "es una realidad compleja llena aún de incertidumbres", aunque aseguró que la posición de los escritores debe pasar por "defender los derechos de autor y conseguir un clima de confianza y claridad entre todas las personas que intervengan en el proceso de creación", desde las primeras líneas hasta que llega al público. A su juicio, los contratos de edición actuales "son insuficientes, porque no contemplan los derechos digitales" y el futuro pasa por "conseguir un nuevo modelo de edición" que explique qué derechos cede el autor, cuáles serán los modelos de explotación de esos derechos, en qué territorio tendrá vigor esa cesión y por cuánto tiempo estarían vigentes. A este respecto, comentó que los contratos actuales le parecen "una eternidad" y el futuro pasa por renovarlos cada tres años. Según el presidente de los escritores asturianos, los autores deben defender sus derechos de revocación, así como los de remuneración, algo que, según comentó la presidenta de la Asociación de Editores, Marta Magadán, siempre se contempla. Para Carmelo Fernández, el futuro digital de los libros supondrá una serie de cambios para los que todavía no se ha encontrado una solución. 

Luis Martín, presidente de la Asociación de Libreros de Oviedo, optó por plantear las dudas que tiene como "ciudadano de pie" no sin antes asegurar que "será el E-book el que tenga que convivir con el libro de papel", un formato que no se agotará nunca, y declararse defensor "a ultranza" de éste desde su posición de librero. Para Martín, una de las grandes ventajas del futuro digital es el precio fijo, algo que el gremio siempre ha defendido. Sin embargo, sus dudas, como expuso durante el coloquio, se centran en la piratería y el futuro del copyright, así como los límites que impondrán las grandes plataformas editoriales en el mercado. Uno de los grandes retos, según Martín, será el de "desterrar la idea del gratis total" por cada descarga y saber si las novedades en papel estarán disponibles en formato digital al mismo tiempo. Al igual que Carmelo Fernández, comentó que se hacen necesarios nuevos contratos entre los autores y las editoriales, pero también añadió el concepto de exclusividad, al indicar si serán cláusulas generalizadas o cada escritor podrá decidir a quién vende sus derechos.  

La presidenta de la Asociación de Editores, Marta Magadán, aseguró que, en este caso, los cambios que enfrenta el sector suponen nuevas oportunidades. Magadán también mencionó el precio único como una de las grandes ventajas para la comercialización de los E-book y aseguró que ya se hace necesario aclarar todos los puntos relativos a los derechos del autor y del traductor, adaptando los contratos a los nuevos modelos de negocio. Para ella, el futuro digital supone un cambio en la estructura económica de la industria editorial, algo para lo que los editores asturianos están preparados. Magadán aseguró que, "por el momento, según los datos que se manejan en Estados Unidos, la demanda no es importante" y la aparición de los E-book se debe más bien a un "boom mediático por parte de las empresas tecnológicas". Asimismo, comentó que es necesario aclarar a los lectores y consumidores que será "imposible" conseguir libros "a 50 céntimos, por ejemplo". El director técnico de CEDRO, Victoriano Colodrón, coincidió con la presidenta de los editores al señalar la presión de las industrias tecnológicas para instaurar un nuevo modelo, que permitirá, en un futuro, "incluso leer un libro en un soporte como pueda ser el teléfono móvil".  

Para Colodrón, el reto más importante estará en consolidar una oferta competitiva sin que el lector aspire a descargarse un determinado libro de manera ilegal. Para ello, "será importante saber qué modelos de negocio existirán" y, como ejemplo, mencionó alguna de las cláusulas de la gran plataforma digital que en España formarán Planeta, Mondadori y Santillana, que sólo permitirá que un libro se ‘ceda’ a seis personas una vez comprado. Para combatir la piratería, la única solución es "hacer una oferta legal atractiva, que contemple más opciones de ocio", indicó Colodrón, que sin embargo, comentó que quizá no sea suficiente porque "la gente prefiere lo que es gratis, y se necesitarán entonces medidas disuasorias para que no suponga un problema". Para Colodrón es imprescindible concretar qué derechos cederán los escritores en el ámbito del libro electrónico y cómo será la venta en línea de las librerías que, sin duda, "sufrirán pérdidas".  

Durante el turno de debate, los intervinientes aseguraron que, aunque habrá cambios para todos, parece, a priori, imposible pensar que las figuras de los editores y los libreros desaparecerá
n con la llegada de la nueva tecnología. Los primeros, por funcionar como selectores de material, según indicó Marta Magadán, y los segundos, a juicio de Luis Martín, porque resultarán también fundamentales al ser la parte de la cadena más cercana al lector.

 

Underground: Esos que no vieron La Bola de Cristal. Por Manolo D. Abad (12/04/2010).

Converso —antes del excepcional concierto que ofreció el Paco Loco Trio— con un viejo amigo, veterano profesional de medios audiovisuales y, en medio de los vapores de una abarrotada Calleja La Ciega, surge inmediatamente el tema: ¿por qué no hay un programa sobre rock en la TPA? Este buen amigo —cuyo nombre guardaré en el anonimato— me contesta que el encargado de ese área considera que "la música no es televisiva"; para ahondar trasladándome otra de esas respuestas que califica por sí solo al autor de las mismas "es que los rockeros van tan mal vestidos…". Supongo que los encargados de cadenas temáticas musicales como "Sol Música" no opinarán lo mismo. Así nos va, claro, y para prueba basta echar un vistazo a la parrilla que ofrece la televisión pública en cuanto a programación propia. Aparte los infantiles, sólo se salvan el extraordinario programa cultural (¡el único dedicado globalmente a la cultura!) "Pieces", dirigido por el gran Ramón Lluís Bande y muy bien conducido por Vanessa Gutiérrez, y el no menos estupendo "Camín de Cantares", de la mano del genial Xosé Ambás (programa musical, por cierto, sostenido por una audiencia fiel y amplia, ante lo que, supongo, poco podrán hacer argumentos paupérrimos sobre el vestuario). Luego, la nada más absoluta, sobre la que no vamos a incidir porque a poco que rascásemos el sonrojo terminaría por indignarnos. Escribo estas líneas desde un lugar de Castilla y León y, al encender la tele, me encuentro con "Hoy en Escena", dinámico magazine dedicado a la actualidad musical, y "Silencio se lee", sobre literatura; además, también hay uno sobre cine. Si nos trasladásemos a cualquiera de las múltiples autonómicas, encontraríamos prácticamente lo mismo. Pero en Asturias, no. Y eso que nuestro presidente, Vicente Álvarez Areces, no pierde la oportunidad de mostrar su amor a la literatura, y a la cultura en general. Menos mal. Da igual que seamos potencias en rock, folk o literatura, priman argumentos absurdos, demenciales, sobre vestuarios y demás idioteces, excusas paupérrimas e injustificables.

Supongo que se debe a que de pequeñitos no tuvieron la oportunidad de contemplar programas extraordinarios como "La Bola de Cristal", "La Edad de Oro", "La Tarde" (la dirigida por Manuel Hidalgo), "Imágenes", "Auanbabulubabalambambú", "Caja de Ritmos" o "Musical Express". Quizás tuvieron la desgracia de encontrarse con emisiones abyectas como esas galas tercermundistas, pobres de ingenio y patéticas de contenido, que perpetró José Luis Moreno y que ahora reproducen, copian, para desgracia de todos los asturianos con un mínimo de inteligencia. Que son la mayoría, aunque alguno pretenda negarlo.

 

Lloviendo piedras: Soul Kitchen, de Fatih Akin. Por J. de Oxendain (09/04/2010).

Poblado de desbrujulados vitales, seres desarraigados y personas con la sensibilidad en carne viva, el cine de Fatih Akin pudo conmovernos hasta ahora, pero no hacernos reír con obras como Contra la pared (2004) o Al otro lado (2007), nada hilarantes.

En Soul Kitchen el cineasta germano-turco se permite una tregua de liviandad, en forma de comedia amical a varios niveles. Para empezar, su actor principal y coguionista, Adam Bousdoukos, es un amigo de siempre. Y, luego, el largometraje no trata de otra cosa que de la amistad y la comunidad enfrentadas a la brutalidad inmisericorde del mundo, pues el protagonista Zinos, joven restaurador de Hamburgo, por muy criatura de comedia que sea, nunca deja de ser un personaje a lo Fatih Akin: un inmigrante turco, a menudo cuerpo extraño dentro de la sociedad alemana; un tipo irrisorio y conmovedor, pateado por la vida.

Zinos pasa una mala racha. Sufre de hernia discal y su restaurante, el Soul Kitchen del título, hemorragia de clientes por culpa de la filosofía culinaria del nuevo chef Shayn (Birol Ünel, el Cahit de Contra la pared), talentoso aunque difícil. Para colmo, su cien por cien germánica –alta, rubia, burguesa— novia Nadine (Pheline Roggan) se va a vivir a Shanghai, aparentemente por motivos laborales. Entonces Zinos decide ir a buscarla a China, por lo que confía el restaurante a su hermano Illias (Moritz Bleibtreu), un ex convicto igual de encantador que irresponsable, quien se juega el local contra un promotor inmobiliario mafioso.

Fatih Akin instala un suspense tragicómico, mitad sentimental, mitad policíaco, alrededor de la supervivencia del Soul Kitchen. Esta vez desde la sonrisa, nos retrata la Alemania contemporánea en su efervescencia y sus aspiraciones contradictorias, poniendo corazón y calidez en su propuesta, generosa pero con soluciones no siempre felices pese a su optimismo –por previsibles y convencionales, incluso ingenuas—, en lo que se postula como plasmación de una realidad compleja y azarosa.

  

SOUL KITCHEN. Alemania, 2009. Dirección: Fatih Akin. Guión: Fatih Akin y Adam Bousdoukos. Fotografía: Rainer Klausmann. Montaje: Andrew Bird. Intérpretes: Adam Bousdoukos (Zinos), Moritz Bleibtreu (Illias), Birol Ünel (Shayn), Anna Bederke (Lucía Faust), Lucas Gregorowicz (Lutz), Udo Kier, Demir Gökgöl (Sokrates), Dorka Gryllus (Anna), Pheline Roggan (Nadine)… Duración: 99 minutos.

Francisco García Pérez

 

A los ocho años, por azaroso contagio -pues ni era ambiental, ni genético- se hizo conmigo el virus incurable de la lectura y de la escritura, que conjuntas entran en sangre las dos. Tengo documentada esa invasión en un cuadernillo de hule, de tapas negras y cantos rojos. Me convertí, por tanto y sin remedio, en doble militante de ambas, en amante simultáneo de las dos, en marido fiel de la una y la otra: hay que convivir gozoso y ejemplar con la enfermedad. No lamento este viaje en compañía de tan dulce doble mal. Yo, que hasta llegué, traidor, a cambiar de equipo de fútbol, a pasarme al enemigo ancestral en momentos de insania propia, aplaudiendo en campos que antes odiaba hasta la fiebre y que la sola idea de pisarlos me habría enfurecido, sólo me mantuve firme toda mi vida en mi lealtad hacia tan nobles damas. El único premio que en público se me otorgó por mi longevidad en el feliz padecimiento me lo dio la AEA un año, sólo para comprobar al siguiente que mi hija había adquirido -ahora ya sí, por contagio ambiental y genético- el mismo virus. El premio privado es perenne, excitante, renovado; el único gozo, con la mar, que prevalecerá así que pasen muchos años.
Abrazote.
 
Francisco García Pérez.
 
Foto: bitácora del autor La grímpola

 

El compañero de viaje, de Curzio Malaparte por Ángel García Prieto. 8/04/2010

 

 

El compañero de viaje
Curzio Malaparte
Ed. Alfama. Sevilla, 2010. 72 pp. 12 euros
Traducción de Paula Caballero Sánchez. Introducción de Justo Navarro
           
            Curzio Malaparte, pseudónimo de Kurt Erich Suckert, (Prato 1898 – Roma 1957), fue un periodista y escritor italiano – hijo de alemán de Saxe e italiana de Lombardía – de azarosa y provocadora vida. Se autodenominaba Camaleón para militar en el fascismo y acabar comunista, después de haber sido soldado en la Primera Guerra Mundial y oficial de enlace entre el Cuerpo Italiano de Liberación y las fuerzas aliadas que invadieron su país. Mujeriego y pendenciero, se vio envuelto en escándalos y en duelos, vivió juicios y prisiones políticas y utiliza el pseudónimo de Malaparte en sarcástica memoria de Napoleón. Llega a dirigir el diario La Stampa y su obra abarca también ensayos históricos y políticos, aunque es en la narrativa donde llega a ocupar un lugar relevante en la literatura del s. XX italiana.
 
            El compañero de viaje era una obra inédita hasta que en el 2007 la publicó la editorial italiana Excelsior 1881. Se trata de un relato escrito, en 1946, como guión cinematográfico con trescientas setenta y cuatro escenas de una película que no se llegó a rodar. Narra la historia del soldado Calusia – genérico personalizado, con el que los meridionales nombran a los montañeses del norte de Italia – que tras la derrota ante el desembarco aliado de 1943 en Calabria, regresa a su tierra. Va acompañado de un asno y lleva en una caja el cadáver del teniente de su unidad, que le había pedido en sus últimos momentos de vida que le llevase a casa de su madre, en Nápoles. En el camino, se encuentra a una adolescente que huye de un orfanato y juntos se van enfrentando a las dificultades, penurias, dramas y amenazas de una tierra recién conquistada cuyos habitantes vagan de un lado a otro para intentar recomponer lo inmediato de su vida truncada por la guerra. El relato se convierte en un cuento idealizado, en el que los valores transcendentes encarnados por los protagonistas se enfrentan a los comportamientos que el miedo, la necesidad y el egoísmo desencadena en los grupos humanos golpeados por los efectos de esa situación caótica de la guerra.
 
            Esta breve historia, en la que las situaciones y personajes están apenas  esbozados pero son muy elocuentes, hay espacio para el amor y para el humor. Es, en fin, sólo una aparente obra menor, porque está llena de expresividad y contenido. Y es una suerte que haya sido editada después de los años, porque no ha perdido vigor, sigue nueva, como todo lo que es clásico.