Ya puedes descargar el libro Palabras con Ángel, editado por la Asociación de Escritores de Asturias, con el patrocinio de CAJASTUR.
Ya puedes descargar el libro Palabras con Ángel, editado por la Asociación de Escritores de Asturias, con el patrocinio de CAJASTUR.
El viernes –y no jueves, según reza el cartel publicitario— 27 de marzo, a las 20 horas, en la Librería Bertrand de Oviedo, Hilario J. Rodríguez y Miguel Sanfeliu, acompañados del autor José Luis García Martín, presentan sus nuevos libros, Mapa Mudo y Anónimos, pertenecientes a la serie Vagamundos, colección de libros ilustrados de Editorial Traspiés, abierta a todo tipo de disciplinas artístico-literarias, y nacida con el fin de ofrecer libros diferentes, quizá más cercanos al libro de artista que a las propuestas más convencionales.
A los dos primeros títulos publicados de la serie (Una humilde propuesta, de Jonathan Swift, ilustrado por Sergei Furst, y Donde sueñan los tigres, de Ana Ayuso Verde, ilustrado por Juan Gonzalo Lerma) han venido a sumárseles Mapa mudo, con textos y fotografías de Hilario J. Rodríguez, y Anónimos, escrito e ilustrado por Miguel Sanfeliu.
«No hace mucho visité la casa donde Edgar Allan Poe vivió en Baltimore. Su escritorio estaba en el último piso, después de tres largos tramos de escaleras. Sólo había una ventana, diminuta, pero a su obra le venía bien la oscuridad. Allí escribió sus mejores cuentos. Yo no me habría sentido cómodo en aquel lugar. Estaba apartado del centro, entre edificios en mal estado, de los que a veces salían grupos de niños para observar la calle. El ayuntamiento –me contaron— iba a demoler todo aquello muy pronto porque planeaba construir una zona de recreo, con cines y grandes superficies comerciales. Me dio la sensación de que un libro estaba a punto de cerrarse. Fue eso lo que me empujó a escribir Mapa mudo, que es al mismo tiempo una geografía del hogar y una geografía de la literatura, también una historia de fantasmas».
Hilario J. Rodríguez (Santiago de Compostela, 1963) se encarga de la sección de cine de Revista de Occidente, y colabora habitualmente con Abc, La Vanguardia, Clarín, Dirigido por…, Imágenes de actualidad, Rockdelux, LITERARIAS… Asimismo es asesor y programador de varios festivales de cine. Ha escrito estudios sobre géneros cinematográficos, películas y cineastas, como Eyes Wide Shut: Los sueños diurnos (1999), Los mejores westerns: Cabalgando en solitario (2001), Lars von Trier: El cine sin dogmas (2003), El cine bélico: La guerra y sus personajes (2006), etc. Es también autor del volumen de relatos Aunque vuestro lugar sea el infierno (1998) y de la novela Construyendo Babel (2004).
Todo cambia si alguien nos amenaza de muerte, todo se distorsiona y la vida se convierte en una aventura angustiosa, casi tanto como si de pronto nos encontráramos solos en una ciudad desierta o como si tuviéramos que enfrentarnos a veinte desconocidos en un duelo en el que nos jugáramos mucho, aunque no tanto como si lo hiciéramos a nosotros mismos, pues esa es, al fin y al cabo, la finalidad de la vida, enfrentarnos a nosotros mismos, día tras día. A veces ocurre, nos encontramos en una situación aparentemente normal hasta que, de pronto, todo empieza a transformarse, distorsionarse… Y hurgar en esas sensaciones, escarbar en esas historias, asomarse al abismo, es lo que hace en Anónimos Miguel Sanfeliu, quien nos introduce en sus historias como si de un juego se tratase, un juego muy real.
Miguel Sanfeliu (Santa Cruz de Tenerife, 1962) ha publicado hasta el momento en diversas revistas y libros colectivos. Ha colaborado en el monográfico que la revista Batarro le dedicó al escritor Medardo Fraile, en la antología de ciencia-ficción Visiones 2002, en los volúmenes colectivos Las miradas de la noche: Cine y vampirismo (2005) y En las ciudades, así como en las revistas literarias Clarín y Narrativas, y el suplemento cultural mexicano Laberinto, del diario Milenio Portal.
Gabi Martínez
Los mares de Wang
Editorial Alfaguara.
Madrid 2008.
Cuando le propuse a Gabi Martínez la presentación del libro Los mares de Wang en la Sala del Portal del Pardo de El Vendrell, aun no me había enfrascado en su lectura. Conocía su obra anterior, Sudd, una novela escrita tras un viaje por el Nilo, sobre la que además habíamos hablado en la tertulia Jacarandá que mensualmente organizamos en Barcelona y en la que también Gabi nos adelantó algunos detalles de este libro.
Si me había animado a proponerle la presentación de este trabajo era porque estaba convencido de que no me iba a defraudar.
Debo reconocer de todas formas que esperaba encontrarme con algo así como una crónica escrita a lo largo de su periplo por la costa China, una especie de cuaderno de bitácora en la que el autor nos va introduciendo en el conocimiento de una geografía a través de sus propias experiencias.
Pero más allá de mi consideración, lo que estas páginas esconden es bastante más que eso. Es una profusa obra en la que el autor nos desgrana capítulo a capítulo la forma poliédrica de un gigante de futuro incierto.
La filosofía, el arte, la religión, la economía, la literatura, la política, son los múltiples aderezos con que Gabi Martínez nos sirve ese trasiego de experiencias en un viaje que serpentea trazando una línea sinuosa que discurre desde Pekin a Dongxing. Veintidós capítulos, veintidós escalas, dieciocho mil kilómetros de litoral que representan la prosperidad de un país, una realidad desconcertante donde capitalismo y comunismo dejan de ser sistemas antagónicos para coexistir en un extraño equilibrio.
“Dalian, Quingdao, Shnaghai, Hong Kong, Cantón, Macao…,ésa era la China que estaba transformando al mundo, y a ella misma. Y parecía dispuesta a hacerlo de una forma tan radical que en adelante la historia se mediría por un antes y un después de la eclosión de sus metrópolis costeras.
La mutación del viejo imperio llegaba desde el mar, espléndida en paradojas. La China litoral aplicaba simultáneamente los antagónicos capitalismo y comunismo al tiempo que ponía la quinta velocidad del desarrollo después del letargo maoísta, obligando a reajustes vitales que no todos estaban en condiciones de asumir.” (pag. 15).
Hay detrás de cada página de este libro un largo y minucioso trabajo de documentación, una profusión de detalles que confiere a Los mares de Wang un calificativo superior al de un libro de viajes.
Pero ¿quién es Wang? Wang es la ejemplificación de ese desconcierto, la personificación de esa paradoja llamada China. Wang es en realidad el auténtico protagonista de esta historia, un joven chino de tierra adentro que nunca ha visto el mar. Un estudiante de español, educado en los valores del comunismo y que se convertirá en el guía elegido por Gabi Martínez para esta singladura.
Estamos ante un relato de descubrimientos encadenados donde el lector no se sorprenderá sólo con la visión del occidental Gabi Martínez, al adentrarse en reveladores escenarios, también conocerá el desconcierto de Wang, el oriental que, a su pesar, va soportando su propio país. Un país que le es ajeno, discordante con las enseñanzas adoctrinadoras en las que ha sido educado, aleccionamientos que han creado una venda tan opaca sobre sus ojos que le impiden aceptar las certezas que, juntos, irán experimentando.
Querido lector, no esperes aquí una visión dulcificada del gran gigante asiático. Ni una coma emocional ha sido alterada para hacer más amable el recorrido por las páginas de este libro.
Desde el primer momento Gabi Martínez, viajero solitario y anónimo, sin recursos suntuosos que le hagan el trayecto más amigable nos transmite las impresiones de un recorrido por unos mares en los que Wang habría preferido no fondear.
Aunque se pueda decir que desde hace décadas siempre estuvo presente, ahora se vuelven a reeditarse sus novelas.
Ed. Tusquetes, Barcelona, 2008. 147 páginas.
Ed. Tusquets. Barcelona, 2009, 156 páginas.
Leonardo Sciascia es un autor siciliano (Racalmuto, 1921 – Milán, 1989) considerado como un clásico del s. XX. Tiene publicadas en español una quincena de novelas, entre las que se podrían destacar El día de la lechuza, El Consejo de Egipto, El caballero y la muerte, Puertas abiertas, El contexto, La bruja y el capitán o La desaparición de Majorana. Fue maestro durante unos años en su tierra natal, hasta que comienza a dedicarse al periodismo y a la narrativa. Comprometido por sus ideas políticas, su obra le sirve para denunciar el abuso de poder y por eso el talante de su narrativa muchas veces se mueve en el ámbito de lo histórico. Una gran parte de su creación literaria se desarrolla en la Sicilia de la posguerra, donde la mafia, con su peculiar actividad y proyección social, se hace el eje de algunos de sus argumentos. Además de criticar el peculiar ambiente social y la conducta de un pueblo rendido ante los abusos del poder dominante, Sciascia no pierde oportunidad para hacerlo desde una actitud política de izquierda, con protagonistas que llevan la fama de comunistas, aunque tampoco se alinean en el partido, al que con frecuencia también reprueba. En algunas novelas generaliza con un prototipo de caciques a la derecha política – y en los eclesiásticos que allí se arriman – y le proyecta ese poder opresor, de injusticia manifiesta y flagrante, de doble moral y de hipocresía como sistema de relación social.
El día de la lechuza, es una nueva traducción de Il giorno de la civetta, que la misma editorial Tusquets había publicado hace más de diez años. Su historia es la del asesinato de un pequeño constructor siciliano del pueblo S., al que tirotean una mañana cuando se disponía a subirse al autobús de línea a Palermo. Los pasajeros del transporte dicen no haber visto nada, pero además el tema se complica porque unas horas más tarde una mujer denuncia la desaparición de su marido, un campesino podador. Poco a poco se va extendiendo la trama, mientras el capitán de carabineros Bellodi – antiguo expartisano, que procede de Parma, y por lo tanto es “continental” y ajeno a la peculiar dinámica social siciliana de posguerra – se empeña en el rigor de una investigación sujeta a la profesionalidad y los ideales de verdadera justicia, a pesar de las dificultades que se derivan de la implicación política y económica de un entramado que parece salpicar a altas instancias.
La novela está muy bien planteada, tiene una tensión de fondo y de forma literaria, los personajes y situaciones – que son propios y suficientes para una novela corta y ágil – responden al realismo y el tema apunta amplitud, interés y profundidad. De modo que se dan suficientes ingredientes para una novela que dice mucho en pocas páginas y lo dice muy bien.
A cada cual, lo suyo es una de sus primeras novelas, escrita en 1963, que se sitúan en esta línea comentada. En un pueblo de Sicilia, tras llegarle por correo un anónimo al farmacéutico, es asesinado durante una jornada de caza junto a otra víctima, el respetado médico Roscio. La policía no parece aclararse en la investigación, pero el profesor de secundaria Laurana, culto y considerado por sus vecinos comunista – aunque más bien es un liberal radical, como lo fue el propio Sciascia – se había fijado que la misiva amenazadora estaba escrita con recortes del diario católico L’Osservatore Romano, pues su logotipo con la frase Uniquique suum – “A cada cual, lo suyo” – figuraba en el reverso del texto. Laurana se va involucrando en una investigación hasta protagonizar la historia de esta novela, irónica hasta el sarcasmo, que sin embargo no pierde un aire de humor para diluir su fondo agrio y dramático y llegar incluso a escenas que rozan el sainete, cuando los contertulios del casino entre juegos de palabras eróticos acaban de analizar hipócritamente las conductas y deseos ocultos de sus paisanos.
Es, quizá, una novela que deriva y fuerza las situaciones demasiado, con su carga ideológica; mejorada por otras posteriores, como son las citadas al principio.