Historias de San Valentín. Por Celia Ferrón Paramio. 3/03/2010

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Robert Altman se hizo maestro en un género que probablemente él inventara e incluso pusiera nombre con una película: Vidas Cruzadas. Historias paralelas de gente que aparentemente no tienen nada en común (y que muchas veces lo que les une no es más que un fino hilo como la vecindad o un encuentro casual por la calle) y que se van desarrollando y finalizando de un modo entretenido, al ir pasando de una historia a otra aleatoriamente.

 
Estas películas se irían haciendo más temáticas. Al no poder alcanzar la grandeza de las vidas que nos ofrecía Altman, que repetiría este modelo en El juego de Hollywood, directores posteriores acotaron el argumento hablando del amor. La irregular Jugando con el corazón daría paso a una más que notable Love Actually, que circunscribía las peripecias a historias del sentimiento amoroso dándole una visión más amplia: amor fraternal, amor sexual, amor de los comienzos, etcétera.
 
Historias de San Valentín va más allá en la acotación: todas las aventuras son de amor; todas se desarrollan en el día de San Valentín. Así, hay poca maniobra para salirse de eso: está todo demasiado supeditado a que ocurra (y se solucione) en un día, y a que el sentimiento sea “pasional! Con tales limitaciones, habría que incidir en la originalidad, la profundidad de sentimientos o en una resolución inteligente. Pero el director se limita a reunir un buen plantel de actores para llamamiento en taquilla, sin siquiera acertar en la elección de sus papeles.
 
Así, asistimos a un montón de episodios que nos suenan e incluso se parecen entre ellos (la historia de Ashton Kutcher y Jennifer Garner es idéntica entre sí, y desgraciadamente la que ocupa la mayor parte del metraje, a pesar de que el espectador sepa desde el minuto 1 cómo va acabar), o que copian descaradamente a otras películas: el niño enamorado al que le falta la madre (Love Actually); la chica que trabaja como operadora en una línea telefónica erótica sin que lo sepan los demás (Vidas cruzadas); el anciano matrimonio que confiesa una antigua infidelidad (Jugando con el corazón). Historias de San Valentín, además, no se plantea ningún drama ni nada que no salga bien. Todo se soluciona de un modo satisfactorio y se castiga a quien se lo merece.
 
Aún así, tiene elementos notables. Aunque es de lamentar el desperdicio que se hace de Topher Grace, el mejor actor joven de la última década, admito que las dos narraciones de amor adolescente, además de cómicas, captan certeramente el encanto de esa época. El personaje de Jessica Biel, con ese despacho absurdamente atestado de máquinas de gimnasio y desordenado hasta la saciedad, consigue arrancar alguna sonrisa. Y se agradece la sorpresa final en la historia de Julia Roberts y Bradley Cooper, que da un broche perfecto para una película agradable que sólo intenta levantar el ánimo.
 
Título Original: Valentine’s Day. Dirección: Gary Marshall. Guión: Catherine Fugate, Abby Kohn, Marc Silverstein. Música: John Debney. Fotografía: Charles Minsky. Reparto: Ashton Kutcher, Jennifer Garner, Jessica Biel, Thoper Grace, Julia Roberts, Jamie Foxx, Anne Hathaway, Shirley MacLanie, Jessica Alba, Bradley Cooper, Emma Roberts, Patrick Dempsey, Queen Latifah, Eric Dane, Héctor Elizondo, George López, Taylor Swift, Taylor Lautner, Bryce Robinson, Carter Jenkins, Kathy Bates.

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