Entrevista a Juan José Lage Fernández. Por David Fueyo. 15/11/2011.

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Entrevistamos a Juan José Lage, Premio Nacional al Fomento de la Lectura en 2007, toda una autoridad en el ámbito de la Literatura Infantil y Juvenil (en adelante, LIJ), no sólo a nivel nacional, sino también internacional, en uno de los lugares donde el autor y crítico más a gusto se siente: en la biblioteca del Colegio Público “La Ería” de Oviedo. Desde este lugar, al que tantas horas ha dedicado, y rodeados de una de nuestras pasiones en común, los libros, habla para la revista LITERARIAS de la situación actual de la LIJ, del pasado, presente y futuro de la misma; así como de otro de sus “hijos” predilectos, la revista Platero; además de otros proyectos que se encuentran en su horizonte, siempre destinados a fomentar la lectura entre los más pequeños, y asimismo la formación de quienes han de inculcarles el gusto por la lectura, sus maestros y maestras. 

 


—¿Por qué la LIJ como base para leer durante toda la vida?

 

“No hay libro que merezca la pena leer a los 10 años y que no sea digno de leer a los cincuenta”, decía C. S. Lewis, el autor de Las crónicas de Narnia. Y así es. Las buenas historias infantiles nos marcan para toda la vida. ¿Quién no tiene guardados en su memoria los cuentos que nos contaban nuestros padres o abuelos? Cuentos que ya están en el subconsciente colectivo.  

 

—¿Crees que puede haber un buen lector adulto que no haya tenido oportunidad de disfrutar de la literatura en su infancia y adolescencia?

 

Te respondo con una respuesta que da Astrid Lindgren, la autora de la trilogía sobre Pippa Mediaslargas en su autobiografía: “quién no encuentra el camino del libro de niño ya no lo encontrará nunca más”. 

No obstante, como los caminos que conducen al libro son diversos y a veces inescrutables, siempre puede haber algo que estimule la sensibilidad y que invite a leer a edades alejadas de la infancia, nunca se sabe. O puede haber lectores que por una u otra causa aparcaron la lectura y la recuperen cuando tengan tiempo y encuentren el libro que vaya con sus intereses del momento. Conozco a muchos jubilados que se han puesto a leer con frenesí una vez liberados de sus obligaciones cotidianas. Como decía el profesor Jorge Larrosa “la lectura es experiencia cuando confluyen el libro adecuado y el momento preciso”.  

—¿En la actualidad piensas que la LIJ está siendo bien tratada por las editoriales?

 

 

Si te fijas, casi todas las editoriales tienen una sección dedicada a la LIJ. Esto demuestra que los números funcionan. E incluso hay varias que solo se dedican a la edición de libros infantiles y juveniles. O sea: la LIJ es comercialmente rentable.

Otra cosa es la calidad, en este caso referida al contenido. Prolifera mucho la literatura de gran superficie, de lectura fácil, que es la que más se vende y a veces, entre tanto boom,  buenísimos libros pasan desapercibidos. Esto posiblemente se solucionaría con secciones de críticas eficaces y honestas, con la formación de los mediadores, entiéndase padres, tutores o maestros, y con el reconocimiento social de los autores que se dedican a esta noble tarea de hacer leer a los jóvenes. 

—¿Cómo ves el panorama actual de la LIJ en España?     

Más o menos, te contesté en la anterior pregunta. Abundante en cuanto a las tiradas, pero confuso en cuanto a la calidad. Predomina mucho la literatura de marketing, la que adula al lector y se pone a su altura, cuando en realidad un libro tiene que ir siempre un poco por delante del lector. Estoy un poco hastiado ya de la novela de vampiros y de amoríos adolescentes con una pizca de erotismo. Echo de menos la literatura de la década de los 80, aquella literatura comprometida que venía de la mano de editoriales como Noguer o Alfaguara, y que consagró a autores como Nostlinger, Hartlig, O´Dell…

Es cierto que en España hemos dado un salto de gigante en estos temas, pues llevábamos años de retraso con respecto a otros países, pero da la impresión de que ahora todo se ha ralentizado y saturado. Los escritores de LIJ no son aún reconocidos, aún son invisibles para los medios.  

 

—¿Consideras que es cierto el dicho de que para un escritor es más complicado enfrentarse a plasmar una obra para niños o jóvenes que para adultos?

 

Todos los escritores consagrados que han escrito también para niños y jóvenes reconocen las dificultades de escribir para ellos, de ponerse a su altura sin rebajarse, que es de lo que se trata. Miguel Delibes lo explicaba así: “escribir para niños es un don, como la poesía, que no está al alcance de cualquiera… Es un ejercicio de afinamiento de nuestras facultades y, en consecuencia, de condensación, de síntesis, de linealidad y tal vez de brevedad”.  Y el británico Roald Dahl, que decía que todos los grandes autores han intentado escribir para niños sin éxito, lo resumía en esta contundente frase: “todo el mundo puede escribir un mal libro infantil, pero es muy difícil escribir uno bueno”.

Un buen autor es el que escribe tan bien que hasta los niños pueden leerlo y esos se cuentan con los dedos de la mano.  

 

—¿Crees que Internet y las TIC son un obstáculo para el libro y la lectura de los jóvenes?

 

Esta es una pregunta que siempre hacen a los buenos lectores, a los que amamos los libros, y diría que con la intención de fastidiar. Y siempre la hacen los que generalmente no leen, o no leen al menos lectura literaria, que no es tu caso.

Entiendo dos preguntas diferentes. Una es el futuro del libro y otra el futuro de la lectura. El libro como objeto o soporte de la lectura ha ido evolucionando siglo a siglo, desde el papiro al pergamino y el papel, y posiblemente al soporte tecnológico. Como tal no desaparecerá. Otra cosa es el futuro de la lectura. Tenemos necesidad de contarnos historias, de conocerlas, y por eso veo el futuro esperanzador.

Lo que me molesta es el optimismo patológico de los que piensan que las TIC nos van a hacer más felices y que van a contribuir al aumento de lectores. L
o mismo se pensaba cuando apareció la TV y mira en lo que ha quedado.

Creo que estamos pasando de una sociedad semianalfabeta a una tecnológica sin los pasos intermedios. O sea: para usar Internet con inteligencia hay que ser también un lector inteligente. Las tecnologías están al alcance de cualquiera, incluso de un analfabeto, pero un libro es diferente, requiere muchas habilidades y destrezas.  

 

—Ahora está muy de moda el término “Animación a la lectura”. ¿Qué significado le das tú, como experto, a esta expresión?

 

Efectivamente, ahora todo se engloba bajo el titulo de Animación, desde un concurso de disfraces hasta responder a las preguntas de una ficha una vez leído un libro. Yo creo lo que pensaba Pedro Salinas: “la animación a la lectura está dentro del libro y no fuera como algunos piensan”. Es decir: la mejor animación es poner en manos de los jóvenes libros atractivos, buenas lecturas, para abrirles el apetito y que vayan creciendo con ellas poco a poco. O sea: libros que sean capaces de excitar su curiosidad. Todo lo demás es folclore, que poco tiene que ver con la cultura.  

 

—¿Qué seria para ti el buen “maestro de la lectura”?

 

Me gusta esa expresión o esa figura de “maestro de lectura”. El buen maestro de lectura sería, no el que impone las lecturas basándose en su autoridad —o autoritarismo—, sino el que las comparte basándose en su experiencia y su conocimiento de los alumnos.  Sería el maestro capaz de hechizar, de “darles a oler que detrás de cada libro hay un orgía de placer”, de sugerir, y de excitar el don innato de la curiosidad con la que nacen todos los niños. Sería, también, el que sabe que siempre hay un libro para un lector, el que conoce los gustos de sus alumnos, el que no pide ni da nada a cambio…

En fin. Como ves, recursos muy sencillos y de sentido común,  pero poco frecuentes.  

 

—¿Y que sería para ti un buen libro de Literatura infantil o juvenil?

 

Pues para mi sería el capaz de despertar sensibilidades e inquietudes, aquel al que vas a buscar respuestas y no las encuentras, el que no te despeja las dudas, el que te penetra en el corazón cual un punzón y no te deja indiferente.  

 

—Hablemos de la revista Platero. ¿Cómo surgió la idea de llevarla a cabo?

 

Pues es un tema que ya he contado muchas veces. En el año 1980 yo estaba en el C. P. de Infiesto, y era el encargado de la Biblioteca. Una de las cosas que se me ocurrió para dinamizarla fue crear un Boletín hecho a mano, y luego ciclostilado,que repartía entre los profesores del Centro, informando de libros.

Después hablé con el director de un banco local que era el padre de un alumno y conseguí una subvención, y ya fue posible darle una portada más decente y algo de color y repartirla en los Colegios del entorno. Más tarde conseguí que algunas entidades insertaran publicidad y así fue creciendo poco a poco, hasta crear un seminario en torno a ella cuando se fundó el Centro de Profesores de Oviedo, y  llegar a que se le concediera, como sabes, el Premio Nacional al Fomento de la Lectura en el año 2007.

Por cierto, que fue la primera revista de estas características fundadas en España. Hoy, en formato papel, hay tres o cuatro, como mucho. 

 

—¿Cuál es el secreto de que Platero lleve tantos años publicándose?

 

El secreto de 30 años publicándose radica en el interés por sostenerla viva, la dedicación y el mantenerla alejada de la manipulación, independiente y libre, lejos de directrices políticas, gremiales o sectoriales.

Y también la originalidad, la actualidad y la frescura, que es el principal motivo de convencer a diferentes entidades para que la subvencionen, pues la revista es de distribución gratuita en el 80 por ciento de la tirada.  

 

—¿Cómo puede resumirse la trayectoria de la revista durante todos estos años?

 

Creo que algún día se reconocerá la importante labor que la revista hizo en la formación de lectores, o en la formación de los mediadores para que a su vez formen lectores. Dicho esto, decirte que han sido reconocidos por su interés números como los dedicados a Andersen, R. Dahl, Poe, a Ende, a las Bibliotecas Escolares, a Caperucita Roja… 

 

El resumen de la trayectoria puede sintetizarse en esta frase: “treinta años al servicio de la Escuela y la Lectura”.  

 

—Dices que Platero fue un recurso que pusiste a disposición de un Centro para dinamizar la B. escolar. Sé que llevas 30 años al frente de Bibliotecas, y personalmente tuve la oportunidad de conocer la Biblioteca del C. P. La Ería de Oviedo, donde has dejado tu impronta. ¿Qué opinas sobre el tema de las Bibliotecas?

 

 

Por una parte, cuando me hacen esta pregunta me alegro y, por otra, me pongo triste. Me alegro porque me dan la oportunidad de expresarme y me pongo triste porque a veces no conviene expresar tan abiertamente los sentimientos, pues puedes crearte enemigos. Ser sincero en este mundo rodeado de hipocresía a veces no conviene.

Mi opinión ya la expresé en varios medios. El estado de las Bibliotecas escolares es lamentable a nivel de todo el Estado. Así de sencillo y así de contundente, y reto a quien quiera a que me demuestre lo contrario. Los profesores asisten a seminarios, jornadas, congresos…. pero al final cuando están de vuelta en la realidad del Centro, todo es diferente, porque les embarga la soledad. Si ya no había suficiente disponibilidad horaria para atenderlas, ahora se carga más horario lectivo al profesorado, se recorta personal, se desacredita la profesión, se limitan los recursos económicos….

Hace falta un plan consensuado y serio para darles vida, unos compromisos de la Adm
inistración. Se hacen proyectos pero, por una u otra causa, nunca se llevan a efecto con eficacia
.

 

En cuanto a tus obras, recientemente has publicado dos volúmenes que, a buen seguro, facilitarán la labor de muchos docentes implicados en transmitir el gusto por la literatura a su alumnado, alejándose en parte de los textos, en ocasiones vacíos y poco motivadores, que se trabajan en clase. Por un lado, el Diccionario Histórico de autores de Literatura Infantil y Juvenil  y, por otro, la Antología de cuentos y algunos poemas, editados ambos en Octaedro, el primero, en el 2010, y el segundo, en el 2011; aparte de Animar a leer desde la Biblioteca, quesalió en 2005. ¿Estás actualmente preparando algún otro volumen? ¿Por cuál de ellos tienes más predilección?

 

Pues sí, en efecto, el próximo año 2012, posiblemente entre los meses de abril y mayo, saldrá el cuarto, también en Octaedro, que es una editorial que me está tratando muy bien

El título aún no lo tengo bien perfilado, pero más o menos será Animación, lectura y bibliotecas. Tal y como da a entender el título, consta de tres partes y en realidad son ensayos o artículos sobre la Literatura Infantil y Juvenil, las Bibliotecas escolares y la llamada Animación a la Lectura, y con un jugoso Diccionario de citas,donde agrupo, en 10 apartados, citas de diferentes personalidades sobre el tema de la lectura. Y ya estoy pensando en el quinto, que será un complemento a todos ellos, más o menos una relación comentada de los mil libros que hay que leer antes de envejecer, o sea, cuando eres niño y adolescente. Todos me gustan, todos han funcionado muy bien, aunque tal vezel Diccionario es el más completo y original, pues ha supuesto 30 años de lecturas.

 

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