El fado es literatura. Por Ángel García Prieto

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DE  NUEVO FADO  Y  POESÍA,  EN  BUEÑO

 Por Ángel García Prieto

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Noche de Fado y poesía. Sábado 15, en la Plaza de los Hórreos. 8 de la tarde

Joana Rios, voz; Bruno Mira, guitarra portuguesa y Pedro Pinhal, viola de fado

Antonio Merayo, poesía; Sandra Risueño, danza y Carmen Brañanova, presentación y guitarra

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            Un año más, en su séptima y consecutiva edición, tuvo lugar en Bueño la agradable tarde-noche de Fado y Poesía, que trajo al sereno atardecer de los campos y las casitas del lugar un tiempo de emociones y sentimientos en torno a la poesía y la música, no sé si a pesar o como contrapunto del eslogan que dice eso de que éstos “no son buenos tiempos para la lírica”.

            Joana Rios vino de Lisboa, donde nació, y vino con el aura de su último CD Fado de cada um, de sus fados castizos, de sus fados-cançión  y de sus actuaciones en la casa de fados Páteo Alfacinha. Su maleta está llena de años en ese mundo fadista, desde que a la edad de 19 comenzó a cantar alentada por el grande Fernando Mauricio. Luego se fue detrás de otras músicas “fugindo ao fado fugia de mim (huyendo del fado huía de mí)”, pero regresó, por fortuna, cantando “que Deus me perdoe”. Y ahora tenemos una fadista como la copa de un pino, – que por otra parte es una guapa madre de tres hijos – capaz de conmover  en Bueño con el “Fado Tertulia”, el “Cravo”, la “Marcha de Alfama” y no digamos con el “Fado Menor de Porto”, que dice “não era um tempo de fado/não era um tempo de nada/ era…” y que pone los pelos de punta. Cantó también un fado hecho por Pedro Pinhal en homenaje a Celeste Rodrigues, hermana de la gran Amália, que todavía actuaba siendo ya nonagenaria, hasta su reciente fallecimiento en Lisboa.

            Los músicos – Bruno Mira y Pedro Pinhal – estuvieron al nivel de la fadista e interpretaron una buena guitarrada a mitad de la actuación con unas “Variaçoes” que incluían una composición del conocido guitarrista y dueño del restaurante Clube de Fado de Lisboa, Mário Pacheco.

            La actuación de los fadistas sufrió un contratiempo, con la avería del sistema de amplificación y aunque ellos afirmaron su preferencia por actuar al natural, lo cierto es que acortaron el programa, por el gran esfuerzo de voz de la fadista al cantar en un espacio al aire libre para más de doscientas personas.

Este contratiempo técnico supuso una proporción mayor del tiempo para la poesía de Antonio Merayo, que estuvo acompañada por la preciosa danza de Sandra Risueño y la presentación y acompañamiento de Carmen Brañanova. Antonio Merayo un poeta que “nació por voluntad propia en Corullón” y vive a caballo entre el Bierzo y Asturias, leyó entre otras dos poesías estremecedoras,  ”Profanación de la primavera”, en la que dice que “hay muchos hombres rotos / y nadie se hace cargo del dolor”, tomando como causa la guerra de Irak del 2003 cuyas nefastas consecuencias continúan, y finalizó sus lecturas con el sentido y largo poema “Amarte”.

            El público salió “más enriquecido” – según expresión que utilizó al comienzo de la velada – y satisfecho, después de aplaudir mucho. Y supongo que con idea de volver el año próximo, si “Deus quiser”.

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