FORMATO: 13 x 18 cm.
ISBN: 978-84-09-17990-9
PVP: 12€
Por Armando Murias Ibias
La editorial asturiana Camelot vuelve a apostar por la literatura transgresora de Guillermo Rico (Gijón 1980), después de la publicación de su primera novela, Todas esas lágrimas (2017). Es de agradecer que editorial y escritor puedan ofrecernos literatura en estos momentos de zozobra y quiebra en muchos de los valores que nos sujetan como cultura.
En CASA, Guillermo Rico utiliza unos planteamientos textuales entreverados con otros musicales y cinematográficos que pretenden liquidar de una vez por todas los modelos recibidos por la tradición realista de los grandes novelistas de finales de XIX y parte del XX. Hay que recordar que fue hace cien años cuando un conjunto de ismos iconoclastas (dadaísmo, futurismo, creacionismo, surrealismo, etc.) quisieron por primera vez romper y enterrar los cánones tradicionales, pero la barbarie de las diferentes guerras hicieron volver las aguas del arte a los cauces tradicionales.
Frente a ese mundo lineal de la novela clásica, Guillermo Rico nos muestra una imagen fiel al tiempo contemporáneo. Así, en CASA se puede observar la influencia por las distintas voces (música, cine, series televisivas, publicidad, tipografía) que forman parte del discurso que guía el comportamiento actual de nuestra cultura. Por eso, el lector encontrará en esta novela algunas de las características que definen la literatura en la actualidad: el fragmentarismo, la elipsis y la precisión en una sociedad exclusivamente urbana, refinada y culta. Una pasarela de vanidad y confusión en la que desfila una multitud de personajes variopintos y nebulosos.
En todo este mundo onírico y perturbador se deja ver la influencia de la cultura literaria anglosajona, representada en América por Don Delillo y en España por Ray Loriga, entre otros.
CASA es una novela en la que el lector es una pieza más en el rompecabezas que es nuestra existencia, un intérprete de una historia no cerrada de este mundo en el que los humanos “somos caníbales disfrazados de corrección”.
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María Esther García López
Presidenta de la Asociación de Escritores de Asturias
La muerte nos sorprende en cualquier momento. No hay palabras para expresar el dolor por la partida de un amigo. Hoy la Asociación de Escritores de Asturias está de luto por un artista, pero sobre todo por un amigo entrañable, por una persona generosa y afable, como era nuestro querido Jaime Herrero. Él estuvo vinculado a la Asociación de Escritores de Asturias a lo largo de sus veinte años de andadura. Todos los años nos donaba la estatuilla “Apolo” que entregamos a los galardonados con el Premio de la Crítica y de las Letras de Asturias. Premios de los que él fue cofundador en el año 1999, nombrados en aquellas primeras ediciones como “Premios Apolo”, pues habían nacido a la luz del Café Apolo d’Uviéu. Cuando el Café Apolo cierra sus puertas, pasa a organizarlos la Asociación de Escritores de Asturias. Me gustaría incorporar de nuevo la palabra “Apolo” al título de nuestros Premios, como homenaje a nuestro querido Jaime Herrero.
Pintor, escultor, poeta, entre otras muchas cosas a las que dedicó su vida, Asturias perdió el pasado viernes a un un gran representante de nuestra cultura.
Allí donde estés Jaime, que sepas que te queremos, que te echaremos en falta, pero seguirás entre nosotros, porque formas parte de esta gran familia de escritores y poetas que es la Asociación de Escritores de Asturias (AEA) de la que eras socio de honor y lo seguirás siendo. Decirte que fue un honor poder tenerte entre nosotros. Un artista como tú, nunca muere, nos deja su obra y en ella queda impresa para siempre su impronta, su alma.
Como presidenta de la AEA, junto con este adiós, te quiero decir una vez más gracias por tu inestimable y generosa colaboración, por tu amabilidad y por honrarnos con tu presencia en nuestros actos literarios. Nos queda tu recuerdo y tu “Apolo”. Estarás en nuestros corazones, en ese lugar reservado para los amigos de verdad.
Ahora, ya eres una estrella que brilla con luz propia, como brillaste en vida. Seguramente podrás contribuir a alumbrar con tu luz la oscuridad que hoy reina en el mundo. Que el camino hacia la eternidad te sea leve, amigo. Allí nos encontraremos y hablaremos de muchas cosas y hasta recitaremos nuestros versos.
D.E.P.
ASOCIACIÓN DE ESCRITORES DE ASTURIAS
ASOCIACIÓN D’ESCRITORES D’ASTURIES
PREMIOS 2020
CONVOCATORIA
La Asociación de escritores de Asturias convoca los siguientes premios:
XX PREMIO DE LA CRÍTICA DE ASTURIAS
XV PREMIO DE LAS LETRAS DE ASTURIAS
PREMIO A UNA COLUMNA PERIODÍSTICA O CONJUNTO DE ARTÍCULOS
Se convocan cuatro premios:
Narrativa en castellano y narrativa en asturiano
Poesía en castellano y poesía en asturiano.
Se concederá un premio por cada modalidad a un libro de un autor que haya nacido o resida en el Principado de Asturias.
Presentación de obras
Cualquier persona física o jurídica, podrá proponer aquellas obras que considere merecedoras de optar a los premios de la crítica.
Plazo de presentación y otros requisitos
Todas las obras que concurran al premio, en cada una de las modalidades, deben haber sido publicadas entre el 1 de enero del año 2019 y el 31 de diciembre del año 2019, o en su defecto, antes de la fecha límite de admisión de esta convocatoria, pero con el número del Depósito Legal correspondiente al año 2019. En este último caso, toda obra propuesta quedará excluida en la siguiente convocatoria. En cualquier modalidad quedarán excluidas aquellas obras que sean reediciones publicadas en años anteriores, así como las antologías y obras completas. La fecha límite de admisión es hasta las 24 horas del día 30 de octubre de 2020. Las propuestas irán acompañadas de un escrito que incluya título de la obra, autor,domicilio, teléfono de contacto y lugar de nacimiento, así como la identidad de quien presenta la obra y una breve valoración de la obra presentada. Además se enviarán cinco ejemplares del libro, por correo postal a la siguiente dirección:
Julia Urdiales Puerta (Asociación de Escritores de Asturias) Plaza General Primo de Rivera– nº1, Piso 10. Puerta 12. 33001 Oviedo.
Jurado
El Jurado, estará compuesto por un mínimo de tres personas de reconocido prestigio en el ámbito literario y un secretario, miembro de la AEA y nombrado por el Presidente/a de la Asociación de Escritores de Asturias, que actuará con voz, pero sin voto.
Premios
Los premios serán concedidos por el Jurado correspondiente a cada una de modalidades. En fecha próxima a la concesión de los premios, el jurado decidirá la obra premiada en narrativa y en poesía, y en las dos modalidades: castellano y asturiano.
Los autores premiados en cada una de las modalidades recibirán como premio un estatuilla nombrada Apolo, realizada por el escultor Jaime Herrero, recientemente fallecido, y un diploma.
XV PREMIO DE LAS LETRAS DE ASTURIAS
Se concederá el Premio de las letras de Asturias a un autor nacido, residente o vinculado a Asturias, cuya obra suponga una aportación especial a la literatura en castellano o en asturiano y que su trayectoria literaria sea de reconocido prestigio, tanto por el volumen de su obra, como por la calidad de la misma.
Presentación de candidaturas.
Los socios, al corriente de pago de la cuota correspondiente, podrán presentar candidaturas para optar al Premio de las Letras, siempre y cuando se cumplan todos los requisitos de estas bases. Para ello, se enviará al correo de la AEA, una propuesta por escrito en la que figure el nombre del autor, lugar y fecha de nacimiento, dirección postal, teléfono de contacto, currículum y todos los méritos que se consideren relevantes,
asociacionescritoresdeasturias@gmail.com
Plazos y forma de presentación
El plazo de admisión de candidaturas termina a las 24 horas del día 15 de octubre de 2020. Se darán a conocer las candidaturas propuestas a través del correo de la AEA. La emisión de votos por los socios finaliza el 30 de octubre de 2020. Los socios y socias de la Asociación podrán emitir su voto.
Las propuestas y posteriormente los votos se dirigirán a asociacionescritoresdeasturias@gmail.com.
Jurado
El jurado estará formado por la totalidad de los socios de la AEA que estén al corriente de su cuota anual. Cada socio puede votar al candidato que considere merecedor del Premio, teniendo en cuenta lo establecido en el apartado 2b). Enviará un correo a la Asociación antes del 30 de octubre. El presidente/a de la AEA será el que proclame el ganador del Premio después de que el secretario contabilice todos los votos recibidos.
Si no se reciben votos de los socios, será la Junta Directiva, por votación, quien proclame el ganador. En caso de empate, la presidenta tendrá voto de calidad.
Premio
El autor premiado recibirá como premio la escultura nombrada Apolo realizada por Jaime Herrero, recientemente fallecido.
COLUMNA PERIODÍSTICA
Presentación de candidaturas.
Las candidaturas se enviarán mediante un archivo en formato electrónico con la selección de la columna o conjunto de columnas, escritas en castellano o en asturiano, que hayan sido publicadas en cualquier periódico o revista, durante el año 2019 y cuyo autor haya nacido o resida en Asturias, indicando el autor, género, el medio y la fecha en que se publicó. Se valorará la calidad literaria del escrito y la trayectoria del articulista.
Plazos
Cada candidatura propuesta será remitida antes del 30 de octubre de 2020, a asociacionescritoresdeasturias@gmail.com
En la modalidad de columna periodística, el Jurado estará compuesto por los miembros de la Junta Directiva de la Asociación de Escritores de Asturias, y/o personas de reconocido prestigio en el ámbito literario o periodístico, nombradas por la misma.
Premios
El ganador recibirá como premio la escultura nombrada Apolo realizada por Jaime Herrero y un diploma.
NOTA: Con carácter general, los miembros de cada uno de los jurados sólo valorarán los contenidos literarios de las obras propuestas, descartándose cualquier otra consideración en las deliberaciones del mismo. Asimismo, el jurado, en cada modalidad del PREMIO DE LA CRÍTICA DE ASTURIAS, podrá declarar desierto el premio cuando así lo estime oportuno y se abstendrá, en cualquier caso, de otorgar menciones especiales.
Acto de entrega de premios
La composición de los distintos Jurados, así como el nombre y las obras de los autores que resulten galardonados, se darán a conocer en un acto público, preferiblemente en el mes de diciembre de 2020, que se comunicará a través de los medios de comunicación social. A los autores premiados se les comunicará con antelación el fallo del Jurado.
Con el fin de promover y difundir tanto las obras como los autores, la organización se reserva el derecho de anunciar públicamente y con antelación al fallo del jurado, los títulos y los autores de las obras finalistas de cada modalidad.
El acto de entrega de premios se anunciará oportunamente en los medios de comunicación, redes sociales y se les comunicará a los socios por correo electrónico.
Aceptación de las bases
El mero hecho de tomar parte en estas convocatorias implica la total aceptación, sin reservas, de estas bases. En todos los casos, cualquier incidencia no contemplada en estas bases, así como su interpretación será resuelta por la Junta Directiva.
Ni el jurado, ni los miembros de la AEA mantendrán correspondencia con los firmantes de las propuestas.
Oviedo, 7 de agosto de 2020
A los 83 se nos ha ido nuestro compañero Jaime Herrero. Artista total, era socio de honor y autor de las esculturas Apolo con las que la AEA obsequia a los ganadores de los premios de la Crítica y de las Letras de Asturias. Descanse en paz.
Hay que partir de la base que algunas ofensas son verdaderamente inocuas por su insignificancia. Siempre se prodigaron en la historia de la humanidad, pero ahora con un añadido de mayor dimensión y de proporciones ilimitadas, las ofensas en forma de injurias y calumnias a través de las modernas tecnologías de la información. Y, es verdad, además, que cuando se aceptan en lugar de rechazarlas, pueden generar contraataques, de mayor o menor calado. Casi podríamos decir que buena parte de los días no nos libramos de alguien que de alguna manera nos ha ofendido. Es más, de forma consciente, subconsciente o inconsciente, siempre habrá quien cavile en cómo dañar a los demás, desde insultos a represalias, desde las injurias y las calumnias, como ya hemos indicado.
Compartirán con nosotros que, por decirlo así, se libra de las muchas moscas cojoneras que andan sueltas. Me viene ahora el título de la novela de William Golding, novelista y poeta británico, Nobel de literatura 1983, conocido principalmente por ”El señor de las moscas”. En ella un grupo de jóvenes escolares ingleses, supuestamente bien educados y de buenas familias, naufraga y acaba en una isla tropical. El caso es que sin la supervisión de los adultos –la estructura social y la disciplina, y el amor, degeneran rápidamente en una tribu de salvajes asesinos. Y el autor del libro reafirma así las ideas de Hobbes y Freud: la civilización no es más que un fino barniz sobre el estado animal de la naturaleza humana. Si se elimina el barniz, o se permite que se desgaste por el abandono, lo que queda al descubierto es una animal egocéntrico y rapaz, que eliminará a los congéneres que discutan sus órdenes o no compartan sus creencias.
No hace falta recurrir a la experiencia que obtuvo cuando, en 1963, el director Peter Brook, inglés, director de teatro, cine y ópera, Premio Princesa de Asturias de las Letras en 2019, adaptó “El señor de las moscas” a la gran pantalla. Pensó que tendría dificultades para encontrar actores jóvenes que dejaran de lado su educación, olvidaran sus modales en la mesa, y se comportaran como salvajes. Pero lo cierto es que no tenía porque haberse preocupado, porque necesitaron muy pocas instrucciones. Después, el director escribió: “La experiencia me demostró que la única falsedad de la fábula de Golding es la duración del descenso hacia el salvajismo (…) la catástrofe absoluta podría producirse en un fin de semana largo”.
Sin darnos cuenta, nos hemos adentrado en un mundo más abyecto de lo que habíamos pensado en principio; personalmente podemos señalar que practicamos una fórmula que viene ya de los griegos, no los de ahora, los antiguos, que eran los verdaderos sabios. Cuando las críticas u ofensas, no exentas de calumnias, aparecen en el camino de la vida, aparte de indiferencia y desprecio, seguimos a rajatabla la doctrina filosófica del estoicismo, fundada por el griego Zenon de Citio 300 años antes de Cristo, que defiende el autodominio, la serenidad y la felicidad de la virtud; así como la fortaleza de carácter ante la adversidad. Para mayor inri, los estoicos despreciaban la opinión del vulgo.
Lugones, 1 de Agosto José Antonio Coppen Fernández.
Cronista Oficial de Lugones
Por Armando Murias Ibias
El último de Pepe Monteserín no es un libro cualquiera. Si hay libros de bolsillo, CON MUCHO BUSTO habrá que considerarlo como un libro de mochila, por el continente y por el contenido.
Efectivamente, con un peso de 2,665 kilos, 824 páginas, 3.500 fotos y medio millón de palabras, es un libro difícil de manejar físicamente, por lo que es aconsejable usar la mochila para moverlo.
Se puede leer de un tirón y también se puede usar como libro de consulta, aunque hay que advertir que el autor no pretende ofrecer una información objetiva de los 301 escritores de los que habla en sus visitas. Para eso están las enciclopedias. El contacto del autor con las esculturas con las que se fotografía es totalmente personal, pasional. Por tanto, es un viaje literario de aventura, de mochila por caminos y avenidas, un cuaderno de viaje que tiene a los escritores como brújula y sus libros como camino.
¿Están todos los escritores en este libro? Pepe Monteserín nos dice que no, desgraciadamente faltan todos, excepto 301.
Desde la cuna hasta la sepultura, los vecinos y las autoridades les dieron vida eterna clavándolos a una calle o levantándoles un monumento para mayor gloria de las palomas. En torno a su recuerdo, Pepe Monteserín, en un acto más excéntrico que egocéntrico, reflexiona sobra la literatura en sus más variados aspectos, como los que se sienten afectados por los síndromes de Bartebly o de albatros, polemiza sobre el Beato de Liébana, al que considera el primer escritor asturiano, y a todos los autores los rotula con una sentencia definitoria, por ejemplo, de José Augusto Trinidad Martínez Ruiz, más conocido como Azorín, dice: triste y estático.
Ya lo saben, si quieren saber la biografía de un escritor vayan a una enciclopedia, pero si lo que quieren es saborear la literatura con todos los sentidos, empapen el pan de la curiosidad en esta salsa tan bien condimentada donde se fusionan libros, escritores y personajes, consulten CON MUCHO BUSTO, inmensa y torrencial.
De Gaudí a la modernidad
De José Mª Fdez. CHIMENO Doctor en Historia (Historiador de Arquitectura) y Escritor
Se hace necesario, y es de buen principio, razonar sobre la aportación de la arquitectura de Gaudí al arte. Partiendo de la base que el genial arquitecto se negó a dar conferencias y solo publicó un artículo en toda su vida, en la revista La Renaixensa (2 de febrero de 1881), junto con otros apuntes juveniles (Cuadernos de Reus, 1878) es obligado recurrir a quienes fueron los colaboradores, discípulos y entusiastas seguidores de su obra, que le conocieron en vida.
Como Sócrates, necesitaba de un discípulo (Platón) que recogiera sus pensamientos e ideario; pues, siendo ya un incansable orador, autor de largos monólogos ante sus apasionados colaboradores, nunca derivaron estos hacia el diálogo. Fueron cuatro de sus discípulos -como si fueran los cuatro evangelistas- quienes se dedicaron a recoger su legado y dejarlo por escrito. El Evangelio de Gaudí según sus primeros discípulos (El País, 29-01-16) fue escrito por: Josep F. Rafols Fontanals (Gaudí, 1929; y Gaudí en 1952), Isidro Puig Boada (El pensamiento de Gaudí, 1981), Cèsar Martinell i Brunet (Gaudí y la Sagrada Familia, 1969; y Gaudí: su vida, su teoría, su obra; 1967), y Joan Bergòs i Massò (Antoni Gaudí, el hombre y su obra; 1953).
Previo a las opiniones vertidas por estos “cuatro evangelistas”, en estos libros de referencia, en sus primeras obras de estilo neomudejar o neogóticas (Casa Vicens, El Capricho de Comillas y el Colegio Teresiano de Barcelona) ya se atisban en Gaudí destellos de originalidad, debido a las innatas cualidades que atesoraba (una agudeza visual y una mente deductiva, que le llevaron a desarrollar la agudeza mental propia del “genio aún en ciernes”); cualidades que el vicario general de Tarragona, Dr. Juan Bautista Grau, descubrió ante el altar de la capilla del colegio Jesús-María, y que le llevó a encargarle las trazas neogóticas del Palacio Episcopal de Astorga cuando fue nombrado obispo de esta ciudad (10 de junio de 1886).
Tiempo después, en una carta, fechada en marzo de 1889, que envía el padre Enrique de Ossó [fundó la Compañía de Santa Teresa de Jesús y fue director del Colegio Teresiano de Barcelona] a la madre Saturnina Jassà, en Puebla (México), señala en un párrafo esencial, que «será muy adornado el Colegio y raro o único, estilo Gaudí». En esta primera referencia de Gaudí como director de obras, se refleja una de las primeras alabanzas al estilo Gaudí; y como el mismo padre Ossó reitera en otra carta a la susodicha religiosa, el colegio «será muy hermoso y se estará bien en él, como dice Gaudí, el arquitecto. No habrá otro en Barcelona, ni tal vez en España». Se atisbaba pues, que en Gaudí anidaba el liderazgo visionario de los grandes genios. Y para este sutil liderazgo, como antes Sócrates o Jesús, no necesitó del respaldo de sesudos tratados o artículos de opinión en la prensa escrita, sino que se cimentó en la trasmisión oral.
Sin embargo, y quizá por ello, a diferencia de su maestro Lluís Domènech i Montaner (que en su artículo En busca de una arquitectura nacional, publicado en la revista La Renaixensa, en 1878, defendía con entusiasta verborrea la arquitectura ecléctica, como solución a la falta de un estilo propio para todo el siglo XIX), Antonio Gaudí pronto se apartó de sus maestros en la estéril imitación de los estilos pretéritos y sus revival (neogóticos, neoclásicos, neomudéjar, hispano-árabe, etc.), afanándose en aportar la particular visión que tenía de la arquitectura. Una de las reflexiones que provocó la inquietud de los arquitectos del siglo XIX fue tener que admitir que en esa centuria no se había asegurado la existencia de un estilo, a pesar de la riqueza material y los avances científicos. Ser sinceros en la utilización de los materiales y explorar las infinitas posibilidades que el progreso científico y técnico le ofrece a la arquitectura, para crear un nuevo estilo, era condición sine quanon. El mayor teórico francés del siglo XIX, Eugene Viollet-le-Duc afirmó: «Solo con la verdad es posible “la originalidad”, ya que esta no es otra cosa que una de las formas en que se manifiesta la verdad y afortunadamente esas formas son infinitas».
Si hubo algún arquitecto que en esa época apostó por “la originalidad” fue Antonio Gaudí (junto con Frank Lloyd Wright), y confesó a Joan Bergòs: «La originalidad consiste en acercarse, en retornar al origen» o «Originalidad es volver al origen; de modo que original lo es aquel que con los nuevos medios vuelve a la simplicidad de la primeras soluciones». Con la llegada del Modernismo (ca.1890-1910), el genial arquitecto catalán fue encuadrado en este movimiento, que impregnó todas las artes y también a la sociedad catalana. «Lo corrobora el hecho de que en un lapso de menos de veinte años, numerosos edificios se construyeron de este modo en Barcelona; desde obras maestras como las levantadas en la llamada Manzana de la Discordia (formada por la casa Lleò-Morera, de Domènech i Montaner; la casa Amatller, de Josep Puig i Cadafalch; y la casa Batllò, de Antonio Gaudí)», hasta el Palau de la Música o el Hospital de Santa Creu y Sant Pau, ambos de Lluís Domènech.
No obstante, otro entusiasta estudioso de la obra de Gaudí, el arquitecto e historiador Joan Bassegoda i Nonell pone en duda que Gaudí fuera simplemente un arquitecto modernista y en su libro Símbolos y simbolismos ciertos y falsos en la obra de Antonio Gaudí, dejó escrito: «A Gaudí se le sitúa erróneamente en el Modernismo por simple comodidad cronológica, sin que su arquitectura, derivada directamente de la geometría de la Naturaleza, se despegue totalmente del encantador pero fatuo estilo modernista. Al Modernismo se le sitúa dentro de la belle époque mientras que a Gaudí, por su independencia de toda escuela o estilo, debería colocársele en una hors époque».