La Mina de Sal de Wieliczka y world music, en Polonia. Por Angel Garcia Prieto y Miguel Angel Fernandez (13/09/2009).

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A pocos kilómetros de la capital de la Pequeña Polonia, Cracovia, en Wieliczka, una antigua leyenda atribuye a Santa Kinga, hija del Rey de Hungría Bela IV, el descubrimiento en la segunda mitad del s. XIII de una mina de sal. Desde entonces, este yacimiento salífero ha llegado a tener más de doscientos cuarenta kilómetros de galerías, dos mil cuarenta cámaras y nueve niveles entre los sesenta y cuatro metros de profundidad del primero y los trescientos veintisiete del noveno. En fin, un asombro de la prodigiosa naturaleza y del cúmulo de trabajo que los polacos han llegado a realizar con afán en estos siete siglos de explotación y embellecimiento de la mina. Embellecimiento porque la artesanía se ha hecho pródiga en la arquitectura minera y la construcción de esculturas, escalinatas, bajorrelieves, artilugios, embarcaderos de las lagunas creadas tras la inundación de algunas de las grandes cámaras, ahuecadas al extraer la sal. Y hasta una iglesia, dedicada a Santa Kinga, con una amplia nave de veinte metros de altura, decorada con artística imaginería también de sal. En fin, todo un mundo subterráneo que incluye un balneario, para aprovechar los benéficos efectos de una temperatura estable y un ambiente salado; incluso los nazis, en la época de su invasión, iniciaron obras para construir en su interior instalaciones aeronáuticas de guerra, sin que afortunadamente las llevaran a efecto. En la actualidad algunas de estas cámaras están dedicadas a restaurante, cafetería, galería de tiendas y museo y centro de interpretación de la explotación minera. Por otro lado, personajes importantes de la historia polaca como el Rey Casimiro el Grande, el astrónomo Nicolás Copérnico o el estadista Józef Pilsudski y otros más relacionados de modo directo con la mina, están perpetuados en monumentos destacados, o dan nombre a las cámaras y lagos; así como el gran escritor alemán Johann Wolfgang von Goethe, que fue en algún momento de su vida encargado de industria y minería del Ducado de Weimar y como tal visitó estas explotaciones. La Mina de Sal fue incluida en la primera lista de Monumentos del Patrimonio Mundial de Cultura y Naturaleza, de la UNESCO, en 1978 y la visitan cientos de miles de turista al año.

Músicas en Polonia

Desde este lado de Europa, la muralla pirenaica confunde a veces nuestra visión meridional y nos aleja, las más de las veces, de algunas interesantes músicas de las viejas tierras muy al norte en el continente. Polonia y algunas de sus tradiciones, en especial las que tienen sus raíces en las músicas yiddish son algunas ideas para viajar lejos a través de viejos – nuevos para nosotros – sonidos y costumbres.

En la actualidad existe un grupo polaco, cuyo nombre es Kroke, – palabra que en yiddish designa a la ciudad de Cracovia – que en estos últimos años ha causado una enorme revolución, Tomasz Kukurba es el violista y líder de una formación cuya música, a medio camino entre la música clásica, el folclore, el jazz, etcétera, y sobre todo, la tradición klezmer ha creado una legión de seguidores en todo el mundo. La música klezmer es la música de los judíos askenazíes de la Europa Oriental, desarrollada en principio por grupos no religiosos, inspirándose en el Antiguo Testamento para crear melodías con temáticas de celebración y alegría y que está llenas de cadencias expresivas. Duramente perseguida durante el dominio nazi, la música klezmer comenzó a recuperarse en la década de los setenta. Hoy día, hay un buen puñado de excelentes músicos y grupos que siguen haciendo de esa tradición una importantísima fuente musical y de inspiración para muchísimos aficionados. Hay varios discos recomendables de Kroke, pero probablemente The Sounds of the Vanishing World (Oriente Music, 2000) y Ten pieces to save the world (Oriente Music, 2003) sean los más interesantes. Es también muy destacable el disco de la cantante polaca Edyta Geppert I sing life (Oriente/Resistencia, 2007), sobre músicas de Kroke, tal vez más ameno y cercano en su lirismo, más atractivo y fácil.

Otro grupo polaco con importante proyeccón futura es Transkapela – su nuevo disco se titula Over the village (Ferment Music, 2007) – con una importante influencia de la música klezmer de los Cárpatos y tierras de la Galicia centroeuropea, Galitzia, de Palopolska, Bukovina, Maramuses, Transilvania… Aquí tiene un importante papel el cymbalon, un instrumento vital para este tipo de músicas, una especie de arpa sobre un tablero con cuerdas golpeadas por unas varillas metálicas o de madera; un sonido que también se encuentran en otras formaciones musicales de otras tierras más al sur.

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