Un buen Bond
Santuginizados estamos
Pero no se vaya a creer, a tenor de estas líneas, que Santugini no tuvo el aprecio de público, lectores y críticos. Muchos le consideraron, eso sí, a la hora de su muerte –rasgo casi propio de algún relato santuginiano-, «acaso el mejor guionista cinematográfico que en la actualidad poseía nuestro país». Sus relatos aparecieron no solo en Buen Humor, sino también en otras publicaciones tan prestigiosas como Blanco y Negro –y su inolvidable suplemento infantil: Gente menuda-, Nuevo Mundo, o Estampa, además de ser habitual de Cinegramas, pionera de las publicaciones cinematográficas españolas,para la que, hasta su cierre a consecuencia de la Guerra Civil, inventó una especie de género (o géneros) nuevo, ya que sus breves textos para la misma no eran ni críticas, ni reportajes, ni crónicas cinematográficas propiamente dichas, sino singulares fabulaciones humorísticas, fantasías breves y de lúcida ironía, sobre el mundo del cine y sobre Hollywood. Si después de la guerra escasearon sus colaboraciones literarias, fue, tan sólo, por su profesionalización como guionista, no por falta de imaginación, talento y aprecio de editores y lectores.
Publicado en Neville. Magazine digital
http://nevillescu.wordpress.com/2012/10/01/santuguinizados-estamos/
Alfonso ZAPICO, Premio Nacional de Cómic 2012
El ilustrador y autor de cómic español Alfonso Zapico (Blimea, Asturias, 1981) que en la actualidad reside en Angoulême, Francia, trabajando en proyectos para la Maison des Auteurs, acaba de obtener el Premio Nacional de Cómic 2012 por su libro «Dublinés», una biografía sobre el escritor irlandés James Joyce, publicada en la editorial Astiberri.
Entre otras obras, es autor de el álbum La guerre du professeur Bertenev y de las novelas gráficas Café Budapest y La ruta Joyce.
Además de ser finalista en premios importantes, fue galardonado con el Prix Bd Romanesque Ville de Moulins en 2007, dos premios Haxtur y el Premi Josep Toutain en 2010.
Más información en: blog de Marcelo Matas (reseña)
Sombría y fascinante
La isla de los abandonados, de Marius Holst
Por José Havel
A modo de corolario a la trama argumental, ya cerrada, al final de La isla de los olvidados irrumpen en pantalla unas filmaciones históricas, en blanco y negro, que muestran a adolescentes marchando en formación, recogiendo trigo, removiendo piedras. En medio de esta última actividad la imagen se congela sobre uno de esos muchachos, quien, en segundo término del plano, aparece con la cabeza vendada y el rostro tumefacto. Él, ellos, los chicos de las imágenes a las que aludo, son internos verídicos de la Institución Bastøy. Situado 75 km al sur de Oslo, en la isla de Bastøy que le da nombre (una ínsula de 2,6 km cuadrados), este centro de internamiento estatal para huérfanos y jóvenes delincuentes funcionó de 1900 a 1953.
Los orígenes del correccional datan de una decisión del parlamento noruego destinada a ayudar a niños abandonados por sus padres, con la idea de proporcionar una educación correctora más que punitiva, por lo que el reformatorio de Bastøy fue considerado en su día como un modelo a seguir en cuanto a política de reinserción social. Hasta que precipitaron su cierre irregularidades de toda clase: malversaciones y castigos físicos cruentos aparte, los internos más fuertes se veían sometidos a trabajos forzados —en realidad, se les explotaba como mano de obra barata—, mientras que los más débiles suponían presa fácil para abusos sexuales impunes. Lo peor de todo era que la fuga resultaba imposible en aquella isla. Sólo podía salirse de allí con la firma del director.
La isla de los olvidados, estrenada en España con dos años de retraso, da muy documentada cuenta de lo acontecido en la institución escandinava. Ambientado en 1915, este notable filme de Marius Holst sabe tomarse su tiempo en la narración de los acontecimientos previos al esperado motín de los jóvenes ‘humillados y ofendidos’ frente a las formas arbitrarias, absurdas y desproporcionadas de la autoridad. Todo ello se expone a través de una gélida fotografía de cromatismo atenuado, cuya baja temperatura casi corta el aliento, tanto como desazona la no menos fría pintura tenebrista de los espacios interiores, con el noruego Edvard Munch y el danés Vilhelm Hammershoi de principales referencias.
Bajo las medidas punitivas, oficialmente infligidas a los menores en nombre de la moral burguesa que aboga por reconducirlos por el buen camino mediante la educación, se transparentan la voluntad de poder y dominación que mueven a los vigilantes tras la máscara de una hipocresía abyecta. La recreación minuciosa de un internado correctivo de comienzos del siglo XIX no tarda en cobrar valor alegórico acerca de los juegos de poder tejidos sobre la opresión y los crímenes más viles. Y se agradece que el riguroso largometraje de Holst lo haga sin sucumbir a la molicie de las soluciones previsibles, corrientes en este tipo de metáforas simbólicas.
Hoy, tiempos nuevos, tiempos no tan salvajes, la isla de Bastøy alberga una prisión experimental, la primera cárcel ecológica del mundo, con capacidad para 115 reclusos. El equipo de empleados dirigido por el alcaide consta de 69 empleados, de los cuales solamente 5 pernoctan intramuros. Los presos son alojados en cabañas de madera y trabajan en la granja del centro penitenciario; durante su tiempo libre pueden practicar la equitación, la pesca, el tenis y el esquí de fondo. Nadie quiere fugarse ya.
LA ISLA DE LOS ABANDONADOS (King of devil’s island / Kongen av Bastøy). Noruega/ Francia/ Suecia/ Polonia, 2010. Dirección: Marius Holst. Guion: Dennis Magnusson y Eric Schmid. Fotografía: John Andreas Andersen. Música: Johan Söderqvist. Montaje: Michal Leszczylowski. Intérpretes: Stellan Skarsgård (Bestyreren), Benjamin Helstad (Erling/ C-19), Kristoffer Joner (Bråthen), Trond Nilssen (Olav/ C-1), Morten Løvstad (Øystein), Daniel Berg (Johan), Magnus Langlete (Ivar / C-5). Duración: 120 minutos.
50 Festival Internacional de Cine de Gijón
Por Redacción
La película Beyond the Hills, del director rumano Cristian Mungiu (Cuatro meses, tres semanas y dos días) abrirá el Festival Internacional de Cine de Gijón. El filme, ganador en Cannes de los premios a mejor guión y mejor interpretación femenina, competirá en la Sección Oficial junto a otros 15 títulos del mejor cine independiente actual.
James Marsh, ganador de un Oscar por el documental Man on Wire (2008), presentará en el FICXixón su último proyecto, Shadow Dancer, un thriller protagonizado por Clive Owen y Andrea Riseborough con el conflicto norirlandés de fondo. Otros representantes europeos en Sección Oficial serán el danés Mad Matthiesen, que nos cuenta en Teddy Bear la historia de un culturista que busca el amor, la bosnia Aida Begic, que en Children of Sarajevo analiza las vidas de quienes fueron niños durante el conflicto de los Balcanes, y la película francesa Approved for adoption, también presente en la nueva sección AnimaFICX, basada en la novela gráfica de Jung Piel color miel.
Mención aparte merecen las dos representantes españolas, La venta del paraíso, dirigida por Emilio R. Borrachina, y Viaje a Surtsey, de Javier Asenjo y Miguel Ángel Pérez. La primera nos introduce en un mundo de marginados madrileños que acogen a una inmigrante mexicana, víctima de una estafa. La segunda se enmarca dentro de la nueva ola del cine independiente de nuestro país y cuenta la historia de dos amigos montañeros que, años después de separarse y con la familia a cuestas, deciden escalar ese pico que anteriormente se les resistió.
Entre las candidatas internacionales encontramos a los bebés de Sundance Hello, I Must Be Going, del director Todd Louiso, y California Solo, de Marshall Lewy, un derroche de interpretación de mano del escocés Robert Carlyle. También la ganadora del South by Soutwest de este año, Gimme the Loot, de Adam Leon, la nueva película de Nick Cassavetes, Yellow, o el filme de clausura, Between Us, hija del cofundador del festival de cine independiente Slamdance, Dan Mirvish. Esta película, presentada fuera de competición y basada en la obra de teatro homónima representada en el Off-Broadway, reflexiona sobre cómo cumplir los sueños que alimentan nuestra existencia o vivir a pesar de ellos.
La Sección Oficial del FICX acoge también primeros y segundos trabajos de cineastas emergentes. Entre ellas, la película japonesa About the pink sky, dirigida por Keiichi Kobayashi, la ecuatoriana Mejor no hablar de ciertas cosas, de Javier Andrade, la israelí Epilogue, de Amir Manor o la afgana The Patience Stone, de Atiq Rahimi, coescrita por Jean-Claude Carrière, antiguo guionista de, entre otros, Luis Buñuel. El surcoreano Lee Sang-Woo presentará en Gijón su cuarto largometraje, Barbie.
Cabe destacar que, entre los dieciséis títulos de la Sección Oficial, tres de ellos (The Patience Stone, Children of Sarajevo y Beyond the Hills) son candidatos al Oscar a Mejor Película Extranjera por sus respectivos países.
En la 50ª edición del FICXixón también se podrán ver filmes como Polluting Paradise, de Fatih Akin (Al otro lado), dentro de la sección Rellumes, o Mekong Hotel, del ganador de una Palma de Oro Apichatpong Weerasethakul (Tropical Malady). En Esbilla, sección en la que confluyen las mejores películas del circuito de festivales, se proyectará The Sessions, de Ben Lewin, y Después de Lucía, de Michel Franco, entre otras. La nueva sección de animación, AnimaFICX, contará con el filme de Goro Miyazaki From Up on Poppy Hill.